Eduardo Ramìrez se reùne con ACNUR para fortalecer atenciòn a refugiados
· Con más de 80 actores en escena, se revivieron por las calles de este municipio, pasajes como la última cena y aprehensión de Jesús.
Con el fin de preservar las tradiciones que le dan identidad al pueblo de Cacahoatán, se realizo la representación de la vida, pasión y muerte de Jesús.
Basados en el texto “El mártir del Gólgota” de Enrique Pérez Escrich, se realizó por primera vez y de forma histórica, en escenarios del barrio Álvaro Obregón de este municipio, en el que locales y turistas, pudieron presenciar desde la noche del jueves, pasajes como la última cena así como la aprehensión de Jesús.
La preparación se dejó sentir el domingo posterior al miércoles de ceniza, y en el que domingo a domingo, una veintena de jóvenes, ataviados con trajes de romanos y espadas de madera, desde muy temprana hora recorrían las calles de este municipio, en busca del mesías, para darle captura.
Por fin, llegó el gran día, y ante los ojos atentos de los espectadores, el Cristo Cacahoateco, Christian González, fue capturado en el huerto de los olivos para ser posteriormente llevado a la cárcel que lo tendría cautivo toda la noche, previo a la presentación ante Poncio Pilatos y el rey Herodes.
Con una docena de guardias, alrededor de su claustro, la mañana del viernes, Jesús fue azotado, y vilipendiado por los soldados romanos durante el recorrido que lo llevaría ante el juez Pilatos, quien bajo la presión de la turba enardecida, dio sentencia al nazareno, ordenando su muerte ante la cruz en el Gólgota.
Después de cargar su cruz, dejar su imagen en el manto sagrado, y condenar a Samuel de Belibeth a vagar por la eternidad en el mundo, Jesús llegó al monte del calvario, en el que le dieron muerte, teniendo a sus costados a los icónicos delincuentes Dimas y Gestas.
En entrevista, la titular de la casa de cultura, Rosa Hercilia Domínguez Anaya, destacó la participación del pueblo Cacahoateco en esta tradicional representación.
“Agradezco a los actores que hicieron suya esta escenificación, niños, jóvenes y adultos de Cacahoatán, que sin interés alguno, más que el de preservar nuestras costumbres, nos regalaron su tiempo durante los ensayos, y sobre todo nos obsequiaron una magnífica representación de los últimos momentos de Jesús” comentó.
Es de esta forma, como concluye con saldo blanco, esta histórica puesta en escena.