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OAXACA, Oax. 7 de marzo de 2024.- Más de 7 mil pacientes con VIH están sin servicio desde el pasado 26 de febrero en Oaxaca.
Un lío sindical trascendió y a 11 días, los sellos de clausura en farmacia, consultorios y demás espacios, perjudica directamente a los pacientes.
El Centro ambulatorio para la prevención y atención del Sida e infecciones de transmisión sexual (Capacits) atiende a pacientes de todas las regiones de Oaxaca.
Pero el personal sindicalizado tomó las instalaciones desde el pasado 26 de febrero sin posibilidad de diálogo para no interrumpir tratamientos.
Carlos Arnulfo Villalpando Canchola, representante legal de Transverso AC, una organización que acompaña a pacientes recién diagnosticados, comentó que los primeros días son cruciales para la atención psicológica.
También, para los pacientes que requieren de análisis clínicos que les permita ver su avance en los tratamientos antirretrovirales.
Villalpando Canchola consideró que independientemente de las diferencias entre personal sindicalizado y la dirección, la política de atención debería priorizar la atención a los pacientes.
“Una persona puede padecer ansiedad y psicológicamente necesita ayuda; también las consultas, aunque el personal médico se queja de la sobrecarga de pacientes”, expresó.
El personal sindicalizado está pidiendo la destitución de María del Pilar Nava de la dirección general, pero no es la petición sino la actitud asumida lo que pone en riesgo la atención de los pacientes que asisten a la clínica todos los días.
Comentó que, aunque la delegada sindical Patricia Cruz Santiago ha dicho que no están suspendidos los servicios, en el sitio hay espacios clausurados y sin atención al público.
“Esto afecta de manera abrupta la atención de los usuarios de la clínica a quienes les son violentados sus derechos fundamentales de recibir atención médica y todo lo que conlleva un servicio integral de salud”, expresó.
Desde su consideración, al momento de estar tomada la clínica no solo suprimen la atención médica a los pacientes, sino lesionan su economía porque muchas veces son de escasos recursos y los costos del pasaje son altos, además de estar expuestos al estrés y la angustia.
“El hecho de no recibir sus medicamentos en tiempo o interrumpir su tratamiento es algo que afecta que arriesga hasta su vida por las complicaciones que ello acarrea, entre las más vulnerables, las mujeres gestantes o personas que tienen problemas recurrentes por los efectos de los tratamientos, además de adultos mayores”.
Esta actitud egoísta y carente de humanidad por parte del sindicato liderado por la delegada sindical atenta con los derechos humanos y es violencia institucional a todas luces, comentó.
Como Transverso solicitaron que se libere en forma inmediata las instalaciones de Coesida-Capacits y el Consejo Estatal para la Prevención y control del Sida.
“Las exigencias de un sindicato no están por encima de un sector vulnerable de la población”, reiteró Carlos Villalpando.
Otra organización también emitió su postura respecto de esta prolongada toma que afecta a pacientes: