
Rumbo al arranque del Ciclo Escolar 2025-2026/Erik Avilés
Juárez, Montesquieu en una nueva era
Teresa Gil
El fin en una etapa, no siempre es determinante. Puede ser una parte que quedó atrás, que se hundió en una definitividad, para dar lugar a otra etapa; ocurre con la edad. Pero lo fundamental está presente. Parece mentira tan difícil que fue, pero el viejo Poder Judicial en México, quedó en la historia. Y ésta comienza de nuevo en un mes glorioso, el mes de la patria. No hay nada más complejo que impartir justicia. De hecho es uno de los sustratos de la igualdad. Quizá por el eso el ínclito Montesquieu ordenó muy bien las facultades que debería de tener cada poder. Uno al frente, el otro legislando y el tercero aplicando la ley. Aunque ya tuvimos en uno de los grandes, a un indígena, aquel Benemérito de las Américas don Benito Juárez, ahora otro indígena, Hugo Aguilar Ortiz, demostrará su prestancia a lo largo de los meses. Estará como indígena al frente de uno de los poderes, pero procurará, es nuestro deseo, que en un país de más de 130 millones, la impartición sea para todos, indígenas o no. La justicia debe impartirse para la ciudadanía en su conjunto.
DOS GRANDES PERSONAJES COBIJAN A HUGO AGUILAR ORTIZ EN LA CORTE
Ya mencionamos a Juárez como uno de los personajes históricos que será ejemplo para el nuevo presidente de la Corte. Poco se dice que un colegio electoral con otro nombre desde luego, eligió a Juárez como presidente de la Corte, hecho transitorio dado que al poco tiempo en 1857, asumió la presidencia del país, a la renuncia de Ignacio Comonfort. Pero es fundamental decirlo porque significa que Aguilar Ortiz que fue electo por el pueblo, tuvo como antecedente a un jurista electo, indígena, por representantes de ese pueblo, en un colegio. El otro es nada menos que al que se atribuye la división de poderes, el francés Charles Louis de Secondat, señor de la Bréde y barón de Montesquieu. Se le menciona como el señor de la Bréde, porque en ese lugar había nacido en 1689. Después fue uno de los grandes teóricos de Francia, filósofo inspirado en el derecho que se aplicaba entonces en Inglaterra, pero que paradójicamente era de origen germano.
EL ESPÍRITU DE LAS LEYES Y EL CONTRAPESO EN EL PODER
El Espíritu de la leyes ( Alianza Editorial 2015) principal obra de Montesquieu, es un tratado filosófico de derecho comparado, miles o millones de veces documentado en el mundo a lo largo de las épocas y creador podría decirse, de los esquemas de la democracia, al dividir en tres el equilibrio del poder. La primera publicación de ese estudio se dio en 1748, fecha en la que se divulgó la forma como ahora se dividen algunas de las democracias del mundo, aunque algunas han alterado en parte lo tripartito. En México mismo, un grupo destruyó la teoría original desde la propia Constitución, al crear los llamados organismos autónomos que se la dan como tales, cuando en un estado no puede caber otro tipo de organismo como los tres poderes, al menos como se dijo, que se altere. La obra alcanza altas dimensiones al crear una estructura que antecede la obra de Carlos Marx que llega al socialismo. Y que en la actualidad, la democracia, opera dentro del sistema neoliberal. Entre sus muchas propuestas, su esquema vulnera el nepotismo que los priístas no respetaron y elogia las buenas leyes como formas de equilibrar la vida de los pueblos. Esperamos que en su interpretación en la Corte, para eso nos sirva.