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MORELIA, Mich., 22 de agosto de 2025.- En un día regular, el turno del personal debe llegar alrededor de las 8 horas, ya que a las 8:30 comienza la formación de los Bomberos Estatales. Se reúne el turno, uno de los tres que hay, para recibir indicaciones del día y además dar un parte a los oficiales. Entre los bomberos que llegan está David Vargas, quien cuenta a Quadratín que cada turno es de 24 horas, y al llegar el nuevo turno debe rendir novedades «de lo que recibimos, de cómo recibimos las unidades, qué equipo faltó y cuál no, para llevar el control de todo».
Entonces saca su equipo de protección y su equipo contra el agua; el equipo personal que él utiliza para su labor, y lo coloca en la unidad de servicio en la que va a trabajar ese día, «ponemos el equipo de manera que nos sea de fácil acceso para en dado caso de alguna emergencia, poder salir equipados». Les pasan una lista de lo que tienen que hacer durante el día, son distintas labores que van desde lavado de los camiones, su revisión, labores en cocina hasta arreglar un espacio, un nicho con la historia de los bomberos el cual debe estar listo para este 22 de agosto, Día del Bombero.
Antes de llevar a cabo las labores, los bomberos se organizan para el desayuno, se reparten algunas actividades y también es un momento de camaradería, importante para poder fortalecer las relaciones en un trabajo donde es fundamental la confianza en el otro.
En estas actividades del día a día deben de revisarse los niveles aceite, agua y todo lo que necesita el camión y los vehículos para su correcto funcionamiento, incluso tienen que estar prendiendo las bombas para revisar que todo funcione sin problema. No es como en la tele, como sucede en tantas series donde suena una alarma y se deben reunir rápidamente los bomberos para acudir a una emergencia, aclara David, el aviso es por radio y casi todos ellos tienen esta herramienta, escuchan el llamado y salen a la emergencia. Tampoco es como en la televisión donde los bomberos se avientan por un tubo para salir rápidamente hacia los camiones, al menos no en la coordinación estatal con sede en Morelia, porque al parecer otras corporaciones sí lo llevan a cabo así.
Es el comandante quien indica qué unidad debe de salir, y eso depende mucho del tipo de emergencia, expone, «él nos indica: ‘sale la unidad de ataque rápido’, que es la chica esa roja o la blanca, y ya sabemos el personal que anda en cada unidad, entonces somos los que salimos». Cuando les llega la emergencia y saben de qué tipo es, ya más o menos saben lo que se pueden encontrar, por ejemplo una volcadura, explica, «entonces estás con incertidumbre de si vas a encontrar una persona atrapada, si vas a tener que sacar, despresar o quitarla del atrapamiento para poder sacarla, qué tipo de lesiones puede tener, nos imaginamos todo en el trayecto para ir viendo lo que puedes hacer».
Es importante decir que casi todos los bomberos de estos turnos tienen preparación en primeros auxilios y en atención prehospitalaria, y por ello saben cómo atender las emergencias, asegura. David tiene aproximadamente 28 años de bombero. Primero inició el voluntariado en Pátzcuaro, y ya tiene alrededor de 20 años en la institución de manera oficial.
En ese tiempo ha vivido experiencias terribles como los granadazos en Morelia de 2008, donde le tocó trabajar, y el ataque a las policías federales en todo el estado. Reconoce que le impactó mucho el atropellamiento de un niño que conocían, un niño de unos 10 u 11 años que solía buscarlos para venderles donas, «estando de servicio nos hablaron porque había un niño atropellado, lo habían atropellado por la carretera Morelia-Pátzcuaro en el entroque hace la autopista de Uruapan, y al llegar me impactó mucho…nos cayó en paro en la ambulancia, lo intentamos reanimar, llegamos al hospital y ya no se pudo hacer nada».
No hay dinámicas, no hay ritos, no hay cábalas, no hay supersticiones; al llegar a casa después de cubrir el turno, solo da gracias a Dios por haber llegado con su familia y librar con bien el turno.