
Se suma Movimiento Huasteco Democrático al rechazo del fracking en SLP
PUEBLA, Pue., 4 de agosto de 2025.- Cada día, Puebla genera más de cinco mil toneladas de basura. Pero más allá del volumen, el verdadero problema está en lo que no se hace con ella: no se recicla, no se vigila, no se controla. En Chiltepeque, la basura no solo se acumula, termina siendo un foco de contaminación que invade y enferma. Este relleno sanitario ubicado en el kilómetro 6.5, en la colonia Santo Tomás Chautla, en la ciudad de Puebla enfrenta varios problemas: está contaminando el río Alseseca, no se están reciclando los residuos peligrosos, falta personal capacitado que monitoree sobre el funcionamiento del lugar y no se está captando el biogás que genera la basura, lo que podría provocar un incendio.
“El problema es que ya está ocupando zonas federales (Chiltepeque), las líneas de alta tensión que tiene Comisión Federal de Electricidad ya están siendo invadidas por el relleno y en este caso corre el riesgo de que cualquier chispa, cualquier arco eléctrico haga explotar todo el relleno sanitario por el biogás que se genera”, explicó en entrevista el ingeniero químico Pablo Loreto López y exdirector del Organismo Operador del Servicio de Limpia (OOSLMP). De acuerdo con datos abiertos del Ayuntamiento de Puebla, durante los tres primeros trimestres en el relleno de Chiltepeque se descargaron un total de 480 mil 383.56 toneladas, lo equivalente a 9 Titanics llenos de basura. En promedio, mensualmente se tiraron 53 mil 375.95 toneladas, es decir mil 779.19 por día.
Pero este relleno sanitario no sólo recibe basura de la capital poblana sino de siete municipios: Coronango, Huejotzingo, Ocoyucan, Amozoc, Cuautlancingo, San Andrés y San Pedro Cholula, de los cuales los últimos cuatro forman parte de los municipios más poblados del estado, según datos del INEGI, en 2020. Aunque el ayuntamiento de Puebla estima que la vida útil de este relleno sanitario sea de 5 a 10 años, debido a que no sólo recibe basura del municipio de Puebla y el poco tratamiento efectivo de residuos, Loreto López calcula que sólo aguante alrededor de un año antes de que se sature como la mayoría. No obstante, esta situación no es caso exclusivo de Chiltepeque, de acuerdo con el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM), en 2024, el 75 por ciento de los 94 rellenos existentes no cumplen con la norma adecuada de funcionamiento, la NOM-083-SEMARNAT-2003. Para la ambientalista y escritora Ángeles Mastretta Guzmán y Pablo Loreto se necesita mayor vigilancia de los rellenos sanitarios, además de personal más preparado.
“El organismo operador de limpia me da la impresión de que no tiene personal calificado para hacer la supervisión adecuada, y sin embargo tiene que hacerlo funcionar porque si no, ¿dónde ponen los residuos de la ciudad de Puebla? Ese es el dilema”, reflexionó Mastretta en entrevista con Quadratín Puebla. Hasta el 3 de noviembre de 2024 la Secretaría de Salud de Puebla reportó 70 tiraderos clandestinos a cielo abierto en la entidad. Éstos, contaminan el suelo, el aire y el agua, además de que genera fauna nociva como ratas, cucarachas, piojos y chinches, que afecta a las comunidades aledañas al relleno sanitario. Además, los residuos peligrosos no se están reciclando en el tiradero de Chiltepeque de acuerdo con ambos especialistas.
“Se están recibiendo todo tipo de residuos, desde biológico infecciosos, residuos de manejo especial, todo tipo de recibos se están introduciendo ahí. No sé por qué Profepa no ha intervenido, siendo su atribución directa”, explicó Pablo Loreto en entrevista. Por su parte, la activista Mastretta comentó que en Puebla no hay rellenos sanitarios para residuos peligrosos que se encargan de procesar residuos industriales, electrónicos, de establecimientos de salud y de material construcción. A pesar de que, según Data México, en 2023 Puebla ocupó el tercer lugar a nivel nacional en número de unidades económicas dedicadas a la industria manufacturera, al registrar un total de 53 mil 295 establecimientos. RESA, una concesión de adorno El 23 de julio de 2021, por incumplir con obligaciones ambientales, contractuales y operativas, el Ayuntamiento de Puebla ordenó iniciar un nuevo proceso de licitación para concesionar el manejo de residuos sólidos urbanos (RSU), luego de que la empresa Rellenos Sanitarios (RESA), encargada del relleno sanitario de Chiltepeque, solicitara extender su concesión por hasta 30 años más.
Un informe elaborado por las regidoras Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández y Luz del Carmen Rosillo Martínez reveló fallas graves en el funcionamiento del Relleno Sanitario de Chiltepeque, operado por RESA desde hace más de una década. El análisis, basado en oficios dirigidos al Organismo Operador del Servicio de Limpia (OOSL), concluyó que la empresa no cumplió cabalmente con la NOM-083-SEMARNAT-2003 ni con el contrato de concesión. Las irregularidades halladas en 2021 RESA Operó el sitio sin ajustarse plenamente a la norma ambiental NOM-083-SEMARNAT-2003: Funcionó tres años sin realizar mejoras en la infraestructura. Pasaron siete años sin elaborar un plan de regularización, tras la entrada en vigor de la norma. Ubicación inadecuada: Chiltepeque se encuentra sobre un sistema de fracturamiento geológico en el Valle de Puebla, lo que invalida el sitio para proyectos que impliquen mayor peso o volumen.
Monitoreo ambiental deficiente: en el caso de los lixiviados (líquidos que se filtran a través de desechos, como basura en un vertedero, y que arrastran sustancias contaminantes), en 2012 no existía programa de monitoreo ni pozos de verificación. Aunque se presentaron pruebas recientes (febrero 2021), no se acreditó monitoreo continuo desde hace más de una década. En el caso del biogás: El sistema de captura operó desde 2008 sin contar con la autorización federal del proyecto (SICCAB) ni con un plan de seguimiento técnico. Respecto a los lodos: En varios casos no se contó con análisis de laboratorio ni se conoce su volumen o peligrosidad. Omisiones en infraestructura: la incineradora de residuos, proyecto clave del plan de ampliación, nunca fue construida al menos hasta 2021. Modelo de operación obsoleto: el proceso de compactación y cobertura de residuos se considera anticuado, y la ampliación propuesta por RESA es insuficiente ante el volumen actual de desechos. El sitio no favorece un aprovechamiento sustentable ni la reducción de residuos. Aunque RESA pidió extender la concesión desde 2020, el Cabildo decidió no aprobar automáticamente su solicitud.
En su lugar, instruyó iniciar un proceso público, rente que permitiera una gestión moderna, integral y sustentable de los residuos, dejando a salvo el derecho de participación de las empresas interesadas, incluida RESA. La resolución fue aprobada en la Quincuagésima Quinta Sesión Extraordinaria de Cabildo, bajo la presidencia de ese entonces Claudia Rivera Vivanco, y publicada en la Gaceta Municipal.
No obstante, el 10 de diciembre de 2022, el cabildo del ayuntamiento de Puebla avaló nuevamente la concesión de la empresa Rellenos Sanitarios (RESA) para el manejo del relleno de Chiltepeque. En este sentido, Pablo Loreto recalcó en entrevista que actualmente, en 2025 sigue sin haber un verdadero control de residuos en el relleno de Chiltepeque.
“El concesionario de RESA, cuando quiere, cuando tiene una visita de ocular de alguna autoridad o de algún medio, medio cubre. Y, entonces, ya con eso le tapa el ojo al macho. (…) Pero, si ustedes van y hacen con una visita con un dron, se podrán dar cuenta de que el concesionario tiene la maquinaria parada, no hay material de cubierta, todo el escombro se está tirando alrededor de la entrada de Chiltepeque, no hay captación de biogás, los exiliados por todos lados”, explicó el ingeniero.