
Abuelito perdido en SLP apareció en laguna con cocodrilos, en Tampico
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de agosto de 2025.- En la actualidad que vive el estado de Michoacán, existen más de 35 células delictivas y en la mayoría de los desaparecidos y no localizados en esa entidad, hay personas entre los 15 y 19 años de edad, denunció el último libro de Lorena Cortés Villaseñor.
“Los hijos de la violencia y el narco en Michoacán es un título que no quisiera haber visto y, su contenido, muchísimo menos haberlo leído pero es la realidad, por muy cruel y aunque nos duela”, expresó la senadora Reyna Celeste en conversatorio sobre esta obra.
En un estado con grandeza cultural, gastronómica y natural, con más de cuatro millones 748 habitantes, según datos oficiales del 2020, 1.7 millones de personas entre cero y 17 años de edad, es decir, el 30 por ciento de la población, es potencial a ser reclutada, aunque no son los únicos.
Lupo descuartizó a cerca de 200 personas En su exposición, la consultora en seguridad ciudadana y autora del libro, Lorena Cortés Villaseñor, narra la historia de Lupo, un niño reclutado a los 11 años de edad por el crimen organizado en un bajo puente, en Uruapan, Michoacán, por un sueldo de tres mil 500 a la semana.
Luego de ganar entre 400 a 700 pesos en el bajo puente, Lupo aceptó irse de “halcón” en una tienda de conveniencia para avisar a su jefe que “iban pasando los verdes”, el Ejército, y finalmente fue llevado a un cerro de Uruapan donde se encontró con, prácticamente, un campo de exterminio.
“Me dieron una ficha de su curriculum, digamos, criminal y había descuartizado alrededor de 200 personas, entonces, cuando le preguntaba yo a Lupo, yo tenía una sensación de culpabilidad porque sentía que el Estado le fallamos y que la sociedad le fallamos”, expresó.
En el libro Los hijos de la violencia y el narco en Michoacán cuenta la historia de este menor de edad que entrevistó con bajo un seudónimo y quien le confió que llegó a descuartizar hasta 200 personas.
La morenista sostuvo que las becas otorgadas a través del programa social Jóvenes Construyendo el Futuro para que este sector poblacional se motive en su vida laboral y ayuda a la consigna: “becarios sí, sicario no”.
El libro Los hijos de la violencia y el narco en Michoacán sentencia que el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes es una violación grave de derechos humanos y del derecho internacional humanitario.