
Lamenta Sheinbaum asesinato de mujer taxista por presunta extorsión
MORELIA, Mich., 25 de julio de 2025.- Tengo hambre, dice Noemí a los vecinos congregados en el exterior de su domicilio, en la colonia Felipe Carrillo Puerto.
A sus 78 años, aproximadamente, suma por lo menos cuatro meses viviendo sola, dependiendo de dinero y comida que la gente le da para vivir. Las condiciones en que se encuentra Noemí son complicadas: además de ser una adulta mayor, requiere de una andadera para caminar, y, aunque asegura que no tiene dolores o malestares, evidencia posible deterioro cognitivo y se presume que sufrió una caída, que resultó en una lesión en su rodilla.
Lo que más le preocupa es la falta de alimento, «tengo hambre, ayer no comí más que agua, y hoy no he comido nada, me iba a salir a buscar quién me diera algo».
Sus recuerdos parecen nublados por el tiempo o la enfermedad. Asevera que tiene un hijo, el cual desapareció de su hogar, y desde ese momento vive sola. No está muy segura sobre su edad, y no parece conocer el estado de sus pertenencias y documentos. Algunas lágrimas asoman al mencionar a su hijo, para enseguida concentrarse en los vecinos a los que acude en busca de comida o que le acercan un taquito. El inmueble luce con basura acumulada, inclusive algunas lonas para señalizar obras públicas, y es que «ya no puedo limpiar».
Como se mira el abandono En la colonia Felipe Carrillo Puerto, en la zona norte de Morelia, vecinos se han organizado para tratar de ayudar a Noemí a encontrar familiares que la cuiden, pedir a autoridades que intervengan en su caso, y atender sus necesidades más urgentes.
«La situación es complicada. Hace como un mes yo supe de Noemí, está sola en su casa y creemos que su salud está mal. Algunos la ayudan, le traen de comer, limpian un poco, ya van dos carros de basura que sacan de su casa, y ahora nos estamos organizando para que la vea un médico y tramite sus documentos», explicaron residente de calles aledañas al hogar de Noemí. El estado de abandono que sufre Noemí se agrava por los robos, asaltos y a usos que, mencionaron, se han perpetrado en su propia casa, por personas que supuestamente buscaban apoyarla.
«Dicen que tiene dos concesiones de taxis, pero no recibe dinero por ellas y no se sabe dónde están. Le han robado documentos y hasta sus pijamas, según para lavarlas. Al parecer, recibe la pensión de adultos mayores, pero alguien le robó su tarjeta. Una mujer venía a ayudarla, quería llevarla con ella, pero pensamos que su verdadero propósito era la casa de Noemí», expusieron.
Los dichos de los vecinos y de Noemí aluden a un solo familiar, su hermano Armando, quien residiría en Estado de México, aquejado por enfermedades, por lo que también es necesario hacer una localización de familiares. Sentada en una banca de plástico, a la entrada de su casa, Noemí llora, intenta recordar, indica la carnicería o taquería donde a veces le dan de comer, pero, sobre todo, insiste en el hambre que tiene.
«Duele ver a nuestros viejitos así, abandonados por hijos ingratos o sin familiares que los puedan cuidar, y, encima, afectados por gente que duce que viene a hacer algo bueno, pero tiene mal corazón», señalan vecinos.