
No es volcán, es combustión subterránea en huerta de aguacate de Uruapan
CANCÚN, QRoo, 27 de junio de 2025.- Los turistas que estos días visitan el Caribe mexicano se topan con un invasor que amenaza con afectar el de por sí golpeado turismo local: cientos de toneladas de sargazo que, al descomponerse sobre la playa, suelta un olor fétido que ahuyenta a los visitantes.
Además, la macroalga afecta a los arrecifes de coral y la fauna y flora marina que vive en el litoral: “La magnitud del sargazo es tal, que no es posible contenerlo”, afirma Esteban Jesús Amaro Mauricio, director de la Red de Monitoreo del Sargazo.
El Caribe mexicano, hogar de paraísos como Playa del Carmen y Tulum, se ha transformado en un mar de lodo pestilente.
La razón: el sargazo que, al descomponerse, no sólo apesta, sino que daña el medio ambiente, la salud y la economía local.
Durante el gobierno del mitómano Andrés Manuel López Obrador se invirtieron más de 400 millones de pesos para construir 12 barcas sargaceros y el barco Natans con la promesa de detener esa plaga antes de que llegara a las costas, fue una mentira. La Secretaría de Marina fue la encargada, pero, según especialistas y testigos, “esos barcos no sirven para nada”.
El mar Caribe es hoy una marea de lodo, principalmente en Playa del Carmen y Tulum, pues el sargazo echado a perder se vuelve café y pestilente.
De las seis barcazas que se construyeron durante el sexenio de López Obrador la mayoría se la pasan tiradas cada año, funcionan dos o tres, lo mismo que el barco, estacionado en la costa del vecino municipio de Puerto Morelos.