
Visión financiera/Georgina Howard
Emprendimiento, la asignatura pendiente
“Lo que quieras ver en el mundo, créalo tú”
Por Ivette Estrada
Aunque el emprendimiento se asocia significativamente a una mejor empleabilidad y solo 40 de cada 100 profesionistas en México logran obtener un empleo relacionado con su formación universitaria, no existe un programa holístico y formal que catapulte las startups en todas las universidades del país.
Y aunque el 40% de los estudiantes manifiesta interés en generar un negocio relacionado con su formación profesional, no todos cultivan una mentalidad emprendedora, y muchas tienen que ver con educación, cultura, personalidad y contexto económico.
Las razones del “no” son por la educación tradicional que prioriza la estabilidad laboral sobre la creación de negocios, miedo al fracaso o mantener una zona de confort.
Sin embargo, hay varias estrategias para fomentar el emprendimiento entre recién graduados y mejorar su inserción laboral, como educación emprendedora, mentoría y redes de apoyo, acceso a financiamiento y desarrollo de habilidades clave como fomentar la creatividad, resiliencia y capacidad de gestión para enfrentar los desafíos del emprendimiento.
Conviene entonces difundir casos de éxito y oportunidades para inspirar a más jóvenes a emprender para reducir el desempleo y la informalidad en muchas economías, especialmente aquellas con mercados laborales poco desarrollados o altamente competitivos.
Emprender implica generar empleos, profesionalizar el trabajo informal, diversificar el mercado laboral, adaptarse a cambios económicos, responder a nuevos imperativos sociales y económicos y generar desarrollo social.
Ahora, un taller de generación de negocios adaptado a los estudios profesionales de los participantes podría ser una excelente forma de conectar la teoría con la práctica.
Podría estructurarse de esta manera:
Identificación de oportunidades. Implica analizar cómo cada profesión puede generar soluciones innovadoras en su sector.
Modelos de negocio aplicables. Es explorar esquemas de emprendimiento dentro de cada disciplina mediante el formato de consultorías, productos, servicios, plataformas digitales…
Desarrollo de propuesta de valor. Implica aprender a diferenciarse y aportar soluciones únicas basadas en la especialidad de cada participante.
Estrategias financieras y legales. Conocer costos, fuentes de financiamiento, estructuras legales y herramientas financieras.
Marketing y posicionamiento. La capacitación debe centrarse en branding, redes sociales, captación de clientes y presencia digital.
Si el emprendimiento se incorporara de manera sistémica en la educación universitaria, sin importar la carrera, las materias clave podrían incluir pensamiento crítico y resolución de problemas, creatividad e innovación, administración y modelos de negocio, habilidades de negociación y liderazgo, marketing y comunicación, tecnología y digitalización.
También finanzas y gestión de recursos así como ética y responsabilidad social.