Sin mucho ruido
Provocación eclesial y aquellos viajes de Gulliver
La posición de la iglesia católica ya está muy definida con la asistencia de las visitas que estuvieron en sus aposentos el fin de semana. Con eso solo ratifica la postura que tuvo con AMLO y que está expresando ahora a Claudia Sheinbaum, por mas que sus voceros se expresen con la parsimonia del que quiere quedar bien. La presencia del embajador estadounidense Ken Salazar, con su familia, poco política en estos momentos y de los ministros de la Suprema Corte, que se entiende, es un mensaje delicado en las relaciones de ambas partes. Primero porque el señor Salazar ya va de salida, los ministros también y la jerarquía católica, ya sumada a la derecha en todo este tiempo, pone en riego una relación que hasta este momento ha sido respetuosa de la parte oficial.
RECIBEN CON JÚBILOS A EMBAJADOR Y A MINISTROS, PERO NO CRITICAN
La posición tomada por la iglesia católica al grado de llevar representación a la marchas de la derecha, se hace sorda a las denuncias que se presentan contra la Suprema Corte. El dispendio y uso de recursos ilimitados, debería de preocupar a una iglesia que se supone está primero con los pobres. También en la sordera de las quejas presentadas sobre el embajador, que se ha metido en la vida interna de un país soberano y en la comisión de acciones como la penetración en nuestro país para llevarse a presuntos delincuentes, como si México estuviera pintado. La iglesia católica con la postura que está asumiendo, acerca a sus jerarcas a una especie de traición a la patria, porque está violando principios que organismos como el suyo que viven en función de un estado extranjero como el Vaticano, están obligados a respetar. Su falla diplomática y jurídica además, puede exhibirse en gente que estando con el gobierno, sigue teniendo una fe religiosa. El porcentaje de católicos en el país, se ha ido desplomando.
SÁTIRA A RELIGIONES Y 357 AÑOS DEL CLÉRIGO SWIFT, EL DE LOS VIAJES
Jonathan Swift, clérigo irlandés, cumpliría 357 años el 30 de noviembre. Los viajes de Gulliver, la obra más famosa de las muchas que escribió, fue sometida a distintas revisiones, cambios y alteraciones, por la censura que se aplicaba en ese tiempo no solo en Irlanda sino en Inglaterra a la que más tocaba en sus escritos. Una de sus críticas permanentes en contra, era para las religiones a las que criticaba desde distintos ángulos . Y se burlaba incluso, porque es famoso que solía decir que las religiones todas son iguales. La diferencia estriba cuando rompen un huevo cocido. Unas lo hacen por lo los extremos otras por el medio. Sus cuatro viajes con esos raros nombres de pueblos y personajes, no solo exhiben las críticas que le producen personajes de la sociedad, sino los que manejan el poder tanto económico como político. Reyes, gobernantes, ricos comerciantes, no quedaban fuera de sus sátiras, en las que el tamaño de la estatura, primero pequeñísima y después personas de 22 metros frente a su estatura de hombre normal, tenían una parte importante en su comportamiento crítico. Cansado de aquellos viajes, el personaje decide retirarse y vivir como ermitaño lejos de toda relación.
LOS VIAJES DE GULLIVER ASUME LA CRÍTICA EN SOCIEDADES ORGANIZADAS
Los críticos de este escritor han señalado que aunque Gulliver viajaba a sitios aparentemente elementales, en realidad sus críticas fueron lanzadas a las sociedades ya organizadas como las inglesas. De ahí que debido a esas críticas, se pudo publicar su obra completa hasta casi finales del siglo XIX. Más de doscientos años después de su nacimiento. Jorge Luis Borges decía que sus críticas tan acerbas, se debían a que era un misántropo decepcionado. Sostienen otros estudiosos que a diferencia de Dafoe, cuyo personaje deambula solo por una isla desierta, los de Swift se mueven en entornos civilizados. Dafoe creyó que el ser humano podía haber existido antes que las sociedades pero Swift lo refuta con su obra. No obstante los dos son grandes escritores, pese a la diferencia de criterios.