Libros de ayer y hoy/Teresa Gil

                                           

                                        ¿Un tipo de cuidado? ¿0 dos?

                                                   

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Ante un mundo tenso, la atención se pone sobre los tipos de cuidado que tienen el poder. Pero por lo que estamos viendo en su nuevo comportamiento y por los tipos de los que se está rodeando, el único tipo de cuidado resultaría ser Donald Trump. No es por nada que la reunión de G-20 en Rio de Janeiro, esté tan protegida, que hasta los buques enfocan sus alertas en las aguas para detectar enemigos. Y en el aire circula un presentir de guerra, como si todos los más poderosos estuvieron reunidos y no representados. Porque es  cierto que habrá algunos jefes de estado, pero también representantes. Y no se confían, porque están fuera  los otros, los que algunos de esos poderosos  han  agredido y ofendido y no se sabe que reacción puede haber, No hay que olvidar  los ataques en  Nueva York sobre las torres, en aquel once de septiembre de 1973. Pero al dejar la tensión del momento, esta columna mejor se enfoca a otros tipos de cuidado. Aquellos que deslumbraron en la primera mitad del siglo pasado y murieron ambos en la decena cincuenta del siglo pasado , después de haber nacido como en un conciábulo, en el mes de noviembre.

JORGE NEGRETE,  EL QUE MURIÓ LEJOS DE SU MÉXICO LINDO Y QUERIDO

Jorge Negrete, actor  y cantante, nació en Guanajuato el 30 de noviembre de 1911. Fue uno de las dos  estrellas  con  Pedro infante, en  un filme que algunos consideran clásico: Dos  tipos de cuidado (1953)  que se terminó de filmar unos meses antes de que Jorge muriera. Su historia ha dio muy contada, como dirigente incluso de lo que era la ANDA en ese  entonces, su pleito con algunas actrices y el despido de otras por venganza. Pero sus méritos como actor famoso son ciertos como uno de esos  personajes encumbrados en héroes populares desde la perspectiva de su oficio. Hecho que nadie puede negar, ni su voz ni su apostura, El filme que es uno de los de esa época que no ha dejado de exhibirse, pintó muy bien a los dos que eran los favoritos de un  México que ya tenía otro su cine a punto de un acontecer, pero que se enfrascaba en esas películas porque las gente las veía, las comentaba y las convertía en mito. Negrete murió en los Ángeles el 5 de diciembre de 1953, y su deceso muy sentido, despuntó en una canción que había grabado  como una  premonición:

 México lindo y querido

si muero lejos de ti,

que digan que estoy dormido

y que me traigan aquí.

México lindo y querido

si muerto lejos de ti.

PEDRO INFANTE EL EBANISTA DE GUAMÚCHIL QUE INTERPRETÓ UN CLÁSICO

Pedro Infante nació en Mazatlán Sinaloa aunque muchos lo colocan en el poblado de Guamúchil también de esa entidad.  Se decía que había sido carpintero aunque un destacado abogado que ahora es presidente del Tribunal en Sonora, lo ha calificado justamente como  ebanista sin demeritar a los carpinteros , porque esa era en música, la calidad de su interpretación y su papel cantando un vals clásico, Sobre las Olas, en plena fama.  Era menor cuatro años que Jorge Negrete, los que tardó para alcanzarlo al morir  el 15 de abril de 1957, en un  accidente de aviación. Su música, sus muchos filmes, mas que los de Negrete, han  pasado a la historia cinematográfica y se exhiben seguido. Su calidad actoral igual que la de Negrete no está  a discusión si se observa Dos tipos de cuidado, tantas veces repetida ante la audiencia, sus gestos, sus movimientos, sus diálogos y la brillantez de su presencia. Dos tipos de cuidado, estuvo dirigido por Ismael Rodríguez, autor también junto con Carlos Orellana, del guión. La música fue de Manuel, Esperón. Y en el recuerdo de Pedro, parte de su canción Flor sin retoño:

Sembré una flor, sin querer.

Y la regué, para ver si era formal.

A los tres días que la dejé de regar,

al volver ya estaba seca, ya no quiso retoñar.

yo la regaba con agua que cae del cielo

y la regaba con lágrimas de mis ojos.

Mis amigos me dijeron,

ya no riegues esa flor,

esa flor ya no retoña

tiene muerto el corazón.

Esa flor ya no retoña,

tiene muerto el corazón