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Rodrigo Bonilla/Quadratín Sinaloa
CULIACÁN, Sin., 3 de mayo de 2023.- Desde semanas previas, miles de personas empiezan a prepararse para esta fecha, muchos para pagar los favores concedidos, otros por tradición y muchos porque gracias a su culto, encontraron su forma de vida.
Se trata del aniversario luctuoso de Jesús Malverde, un hombre que nació y vivió en Sinaloa, el cual se dedicó a robar a los ricos para dar a los pobres, lo que le fue haciendo fama hasta convertirlo en una leyenda y actualmente un santo para millones de creyentes.
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¿Quién era Jesús Malverde?
Según los archivos que se tienen, fue el hijo natural de María Malverde, quien desde adolescente se dedicó a saltear caminos para ayudar a los más necesitados.
Tenía una doble vida, de día era un hombre normal que trabajaba y era creyente e iba a la iglesia, y por las noches robaba a los grandes hacendados de la época, al grado que el entonces gobernador de Sinaloa, Francisco Cañedo, puso un precio a su cabeza.
Pero como a todo buen ladrón, el pueblo lo protegía y las autoridades nunca lograron atraparlo.
Sobre su muerte se dice que fue herido de bala en uno de los robos que cometió y al no haber sido tratado, la herida se infectó y al final causó su muerte.
Su cuerpo fue entregado a las autoridades por un amigo cercano, el cual cobró la recompensa, siendo ese el último dinero que se repartió en su nombre a los pobres de Culiacán.
A manera de escarmiento y advertencia para quien quisiera seguir sus pasos, las autoridades colgaron sus restos en las inmediaciones de lo que era la estación del tren, en una parte del predio que ahora ocupa el actual Palacio de Gobierno.
Se prohibió que se le diera sepultura, por lo que cuando los restos cayeron al suelo, la gente poco a poco fue cubriéndolo con piedras, lo que no estaba prohibido por las autoridades y que culminó en una tumba, a la cual llevaban flores y pequeñas ofrendas, aquellos que fueron beneficiados por Malverde.
Nace el culto
Con el paso de los años y el crecimiento de la ciudad de Culiacán, la tumba fue retirada por la construcción del actual Palacio de Gobierno.
Eligio González un culichi que trabajaba como transportista, sufrió un asalto en la sierra de Sinaloa, y fue baleado.
Fue entonces cuando prometió a Malverde que si sobrevivía, le construiría una capilla, la cual se erigió hace 44 años.
Durante 22 años Eligio estuvo al frente de ella y trató de replicar lo que Malverde hacía en vida.
Con las donaciones que recibía ayudaba a familias necesitadas, ya fuera con medicamentos, dinero, regalos para los niños, incluso regalaba ataúdes y prestaba una carroza fúnebre para los velorios.
Actualmente es su hijo Jesús quien sigue con el cuidado de la capilla y con la obra altruista.
¿Por qué la fe?
Desde antes de que existiera la actual capilla de Malverde, muchas personas que conocían su historia, le pedían favores que veían imposibles.
Muchos pedían poder llegar con bien a Estados Unidos de manera ilegal, otros pedían por sus enfermos, por sus familiares presos, o para transitar por las carreteras sin riesgo.
Al ver cumplido lo que deseaban, regresaban a la capilla a pagar el favor, ya fuera poniendo una placa, dólares, foto del familiar auxiliado, también llevaban veladores, arreglos florales, alcohol y música al llamado buen ladrón.
La lista de favores que le han solicitado a Malverde es infinita, y el culto ha crecido al grado de que hay capillas en distintos puntos de México, América y Europa.
Malverde se podría comparar con San Judas Tadeo, quien es el santo de las causas perdidas, pero la diferencia es que al pedirle a Malverde, no se cuestiona si está bien o mal pedir ese favor, solo se pide y espera se conceda.