De primera mano/Rodulfo Reyes Aguilar

Tabasco: La hora de los destapes    

   Acaso por ser la tierra de Andrés Manuel López Obrador, el primer presidente de los últimos tiempos en adelantar el proceso de sucesión por lo menos dos años, en Tabasco se respira un denso ambiente político con destapes en cascada dentro de Morena rumbo a la elección para gobernador de 2024.   

            Ahora ha sido el líder del Congreso estatal, Jaime Lastra Bastar, quien ha dicho que aspira a ser mandatario. “Sería un enorme honor ser gobernador, pero en su momento daremos a conocer nuestra aspiración”, dijo el miércoles en una entrevista de radio.   

            El diputado morenista es el cuadro de la llamada Cuarta transformación con mayor experiencia: Ha sido secretario de Gobierno en dos administraciones de Tabasco, fiscal general dos veces, así como subprocurador de Justicia de Chiapas; y en los ochenta trabajó con Renato Sales Gasque en la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.   

            En 2019, al inicio de la gestión de Adán Augusto López Hernández, que solo estuvo al frente del Ejecutivo hasta el 21 de agosto de 2021 que el presidente lo llamó a ser el titular de la Secretaría de Gobernación, Lastra Bastar fue fiscal general del estado.   

            Así, ha colaborado con los gobernadores Enrique Priego Oropeza, Manuel Andrade Díaz y con Adán Augusto.   

            Para Lastra Bastar quien abandere al partido del presidente en los comicios para gobernador de 2024, debe tener “el perfil y la capacidad para dar continuidad al plan de gobierno trazado por la Cuarta transformación, esa es una parte esencial”.   

            En ese mismo sentido se manifestó el viernes pasado la directora de auditoría del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Rosalinda López Hernández, al participar como ponente en una reunión nacional de notarios públicos que tuvo como invitado especial a su hermano el titular de Bucareli, quien también es fedatario con licencia.   

            Lastra Bastar forma parte del grupo de notarios públicos que gobiernan Tabasco, y que se iniciaron en el servicio público en gobierno interino de Manuel Gurría Ordóñez (1991-1994).   

            De acuerdo con fuentes enteradas, de no prosperar la intención de la cúpula vinotinto de que se postule a una mujer en las próximas elecciones, lo que haría caer la candidatura de la también esposa del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas, la carta de la clase gobernante sería precisamente Jaime Lastra.   

            Esto es, el líder del Legislativo no se destapó por ocurrencia o por su cuenta y riesgo, sino que es parte de una estrategia impulsada por el grupo en el poder, ya que si se desbarranca a la primera dama de Chiapas, quedaría solo el director del Fondo Nacional para el Fomento al Turismo (Fonatur), Javier May Rodríguez, quien es el más adelantado de los precandidatos.   

            En síntesis, si la decisión recae en mujer la propuesta es Rosalinda, pero entra Lastra si toca hombre.   

            Sin embargo, según analistas la decisión para Tabasco será exclusivamente del presidente López Obrador, si bien el secretario de Gobernación ha dado muestras de que es escuchado.   

            Por ejemplo, cuando López Obrador pidió licencia como mandatario estatal, la Cámara de Diputados eligió para sustituirlo a Carlos Manuel Merino Campos, muy allegado a Adán Augusto, al punto de que ha sido su suplente cuando se separó de una diputación local y de la senaduría.   

            Por su parte, May, responsable de la construcción del Tren Maya, ha redoblado su caminar con reuniones en el interior del estado; en redes sociales se encuentra muy activa su página en Facebook titulada Un fundador será gobernador.    

            Otro que “hace campaña” es el diputado federal Mario Llergo, representante de Morena ante el Instituto Nacional Electoral (INE), quien encabeza mítines en templos religiosos flanqueado de pastores evangelistas como parte de su proselitismo.   

            Sin embargo, a donde va lo cuestionan por el señalamiento de que en las elecciones para gobernador de 2012, como operador del candidato priísta Jesús Alí de la Torre, se habría quedado con millones de pesos de los recursos presuntamente entregados por el Gobierno estatal al tricolor y que no llegaron a los activistas y representantes de casillas de su partido.