Pide obispo pactar con un narco preso para acabar con la violencia

CHILPANCINGO, Gro., 5 de abril de 2022.- El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza propuso un pacto para acabar con la violencia en la región Norte del estado.

En una extensa entrevista en el programa de radio Quadratín Noticias, dio detalles de los arreglos que ha logrado con narcotraficantes y cómo los ha acercado con políticos e instituciones.

Rangel Mendoza también confesó que en algún momento un grupo del crimen organizado de La Montaña le exigió cobro de piso a la Catedral de Tlapa y que él acudió a otros jefes del narco para que abogaran por la Iglesia.

“Pudiéramos llegar a un arreglo”

El controvertido obispo reveló la violencia en la región Norte del estado es atribuida a los hijos del presunto líder de La Familia Michoacana en Taxco, Ranulfo N., alias El Rany, detenido en noviembre de 2020, y actualmente preso en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, ubicado en el municipio de Almoloya, estado de México.

Afirmó que para acabar con esa violencia él tiene un “plan de paz”, que le hizo llegar en su momento al exgobernador Héctor Astudillo Flores y también al gobierno actual que encabeza la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, y qué consiste en trasladar a El Rany a otra cárcel, porque donde se encuentra ahora le afecta mucho el frío.

“Este señor, Rany, está en la cárcel del Altiplano, en Almoloya y como es un señor alto y delgado le está afectando mucho el frío. Entonces él está pidiendo que lo cambien de cárcel, incluso él y yo, tengo los documentos de una juez que da la orden del cambio de cárcel para que este señor no se esté tullendo en ese lugar. El documento yo se lo mandé a (el ex gobernador) Astudillo y no quisieron, el fiscal y Astudillo no quisieron proceder. Ese documento, se los he hecho llegar al gobierno actual, pero no hemos tenido respuesta. Entonces, ¿de qué se trata el arreglo? De que el papá, el famoso El Rany, papá de  los que siembran la inseguridad en el Norte del estado, me dicen: ‘cámbienme de lugar y yo calmo a mis hijos, nos calmamos nosotros’”, reveló Rangel Mendoza

Agregó que en aquel momento Astudillo “estaba muy molesto, porque quería la cabeza de los hijos de El Rany”, pero insistió en que “ahorita si el gobierno quisiera, pudiéramos llegar a un arreglo, y disculpen pero ustedes son los primeros que me sacan la sopa de qué se trata este arreglo”.

Rangel Mendoza recordó que él llego a sostener dos platicas con El Rany antes de ser detenido, incluso dijo que casi se hicieron amigos, luego de que el presunto criminal buscó al obispo para asegurarle que él y su grupo delictivo no asesinaron a los sacerdotes Iván Añorve Jaimes y Germaín Muñiz García, acribillados en Taxco en febrero de 2018.

Sin embargo, Rangel Mendoza reconoció que los hijos de El Rany mataron a los seis policías estatales que fueron emboscados entre Tetipac y Taxco en 2020, donde otros cinco agentes resultaron heridos, “porque los policías habían golpeado a la delegada (del poblado) de La Tenencia”, explicó.

También dijo que ellos atacaron a la presidenta municipal de Pilcaya, Sandra Velázquez Lara, y que no la mataron porque él ya les había pedido que la respetaran, pero mataron a uno de sus escoltas porque fue uno de los policías ”que atacaron a la comunidad de La Tenencia”.

Insistió en que el problema de inseguridad y violencia en la zona Norte del estado tiene solución, “pero sólo que las autoridades nos hagan caso”. Adelantó que él seguirá “haciendo la lucha con el gobierno federal, para que hagan caso” mediante ese arreglo que denominó plan de paz, que comenzaría con el traslado de El Rany, para pacíficar la zona Norte.

“He juntado a autoridades con estos grupos”

Al preguntarle cómo son las pláticas que tiene con los narcotraficantes del estado, el obispo indicó que “se va creando un clima de confianza con esas personas, por ejemplo, pues así, por simple amistad se va acercando uno con ellos”.

Precisó que “en cada caso ha habido circunstancias muy particulares (de) cómo me ido relacionando con un grupo”. Contó un caso cuando tuvo que ir a abogar por un sacerdote que iba a ser asesinado, subió “a un cerro” y se vio rodeado por armas de alto poder, pero luego pudo hablar con un jefe del narco, lo convenció de las implicaciones que habría por cometer ese crimen “y así empezó la amistad”.

Luego contó “algo más escandaloso: sucede que estaban cobrando derecho de piso de la Catedral de Tlapa y el obispo don Dagoberto (Sosa Arriaga) me pidió que le ayudara en eso”. Dijo que le pidió a un grupo que le ayudara a solucionar el problema, pero le respondieron que estaba muy lejos y que sus influencias no llegaban hasta allá. “Yo simplemente les dije: pues no sé qué van a hacer ustedes, pero queremos que se acabe ese problema, y el problema se acabó”, recordó.

Confesó que incluso “cuando algunas instituciones necesitan dialogar con ellos, yo intervengo. ¿Cómo? A veces he juntado, por ejemplo, a autoridades con estos grupos a dialogar”.

En alusión a políticos que no identificó, Rangel Mendoza indicó que “mucha gente que no podía entrar a Chilpancingo o no podía entrar a Chilapa, yo los he llevado a dialogar con estas personas para aclarar las cosas y pacíficar la situación.

Recordó que hace cuatro años, él un párroco intervinieron para meter a un grupo delictivo a Petaquillas, en Chilpancingo, para pacíficar el conflicto que había entre la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).

Agregó que hace unos meses, ahí mismo la Guardia Nacional quitó un retén del grupo Los Ardillos, “entonces el mismo gobierno de Astudillo me pidió que yo hablara con estos señores, que volvieran a poner ese retén, porque estaban metiendo muchos problemas por ahí, gente de Acapulco, gente de otros lugares”.

Dijo que él habló “con esas personas y se volvió a poner ese retén. ¿Y por qué me hicieron caso? Por esto: que como quiera que sea, Petaquillas es la puerta de ingreso del comercio de toda la parte oriental, y bloqueando Petaquillas se muere toda esa zona”.

Contó que aunque habían sido retirados, aceptaron instalarse el mismo día que él se los pidió. “Y por cierto, yo fui a ver que se instalaran, en eso llegó la Guardia Nacional y los iba a sacar de nuevo. Yo agarré el teléfono, hablo a los señores del gobierno, ellos hablan con la Guardia Nacional, y ya los dejaron instalarse”, detalló.

Y reitero: “Es un ejemplo que yo les puedo contar (de) cómo me he relacionado, incluso los políticos, de relacionarse con estos grupos”.

Sobre Chilpancingo, Chilapa y Los Ardillos

El obispo Rangel admitió que mucha gente, pero sobre todo “fanáticos de partidos políticos” lo han atacado diciéndole que no se debe meter en política y que debe dedicarse a predicar el Evangelio.

Justificó que continuamente llegan a él padres de familia que le piden su intervención ante secuestros o desapariciones de sus hijos y como obispo se ve obligado a intervenir como mediador porque no hay otras instancias que lo hagan.

Explicó que como sacerdote franciscano se inspira en principios de su orden religiosa, como los que explica el clásico poema de Rubén Darío, Los motivos del lobo, que habla de que San Francisco de Asís tuvo que ir a buscar al lobo que mataba, para pedirle que dejara de hacerlo.

Agregó que con salvar una vida es suficiente pero subrayó que con su intervención ha “salvado muchas vidas y muchas situaciones”. Citó el caso de su intervención para pacíficar Chilpancingo y Chilapa durante casi cuatro años, e insistió en que su trabajo es por una causa para salvar vidas.

Antes, sobre la violencia en la capital del estado dijo que hace tres años tuvo la oportunidad de platicar con el grupo delictivo que tenía el control y se pacificó, a cambio de que se les enviara medicinas a la Sierra, a través de la organización Médicos sin Fronteras, a la que él invitó.

“Ahora en Chilpancingo entró otro grupo y no he podido dialogar con ese grupo, ahora en la capital se cobra la entrada de la carne, del pan, de la cerveza”, señaló.

Sobre la acusación que hizo el coordinador del colectivo Siempre Vivos de Chilapa, José Díaz Navarro, quien aseguró que Rangel Mendoza es el vocero del grupo delictivo Los Ardillos, el obispo reiteró que los hermanos del activista fueron asesinados por apoyar a otra organización delictiva en Alcozacán y Rincón de Chautla.

“En Chilapa había gran comercio de armas. (…) Cuando mataban a los choferes de las camionetas, es que estaban metiendo armas. (…) Entonces, este señor Díaz Navarro está apoyando a aquellos señores”, acusó.

Asimismo expresó que es “un pleito personal” de Díaz Navarro y señaló que lo apoya un partido político al que no quiso identificar.

El obispo Rangel rechazó de nuevo que sea vocero de Los Ardillos, como dijo Díaz Navarro en Quadratín Noticias, y afirmó que él sólo pide que “vean el modelo que hay desde Petaquillas, Mochitlan, Quechultenango, Colotlipa, denle la vuelta a toda La Montaña, lleguen a Tixtla, lleguen a Chilapa, váyanse hasta Tlapa, (y) ahí no hay secuestros, no hay robos y ellos están en contra de la distribución de la droga dura, lo que es el ice, o la China white”.

Aseguró que Los Ardillos “están luchando porque haya progreso; el pegue que tienen en las comunidades (es) porque han promovido caminos, carreteras, escuelas, entonces simplemente es lo que yo admiro de ellos y que tienen un reconocimiento a nivel nacional”.