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Tabasco 2021: Cunduacán, la sorpresa
En el reporte final sobre el posicionamiento de los candidatos de Morena rumbo a las elecciones del domingo 6 de junio, la alcaldía de Cunduacán no aparecía como “foco rojo”. Había más riesgo de perder Huimanguillo, pero el partido en el poder cayó, pese a que la administración de Nydia Naranjo Cobán ha hecho obra pública como nunca antes en los últimos trienios.
A tres semanas de efectuados los comicios, un análisis ha encontrado como causa principal de la derrota el enfrentamiento de la alcaldesa con un sector de la clase media: los comerciantes.
El fracaso del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador se dio allí, no obstante que este año la comuna construyó las carreteras del ejido Marín, de la ranchería Marín, del poblado Nicolás Bravo, de la colonia Huimango La Esperanza, del ejido El Mote, de la colonia Ceconca; hizo el drenaje de la calle del mercado y de la central camionera y en varias arterias también construyó la red sanitaria; pavimentó calles de los poblados Libertad y 11 de Febrero, así como del ejido Tulipán; acondicionó el edificio administrativo; instaló climas y piso en la casa del pueblo y el centro de convenciones del parque de la Feria; construyó un nuevo panteón municipal, y renovó el parque vehicular y de ambulancias con más de 50 unidades nuevas.
Se podría llenar esta columna con los trabajos realizados por al ayuntamiento, mas ni así pudo ganar Morena en la llamada Atenas de Tabasco.
A saber, el principal lastre del abanderado morenista a la alcaldía, Oscar Enrique Ramos, fue el repudio de la “clase media” a la presidenta municipal.
A lo largo de su administración, la funcionaria ha mantenido un enfrentamiento constante con los comerciantes de su municipio, pero no solo con los informales, sino también con los establecidos.
El primer desencuentro con este importante sector lo tuvo a inicios de su gestión con locatarios del mercado y del centro de la cabecera municipal, cuando “acabó” con la tradición de cerrar una calle en diciembre para instalar un “tianguis navideño”.
Ahí empezó todo.
El siguiente flanco abierto fue echar del parque central a expendedores ambulantes de toda la vida, desalojándolos sin darles oportunidad de ser reubicados.
También ordenó sacar puestos de comida de los pasillos de la central camionera, y cerró los negocios del primer cuadro que no pudieron cumplir con sus obligaciones fiscales tras de que abrieran luego de que se normalizaran a medias las actividades productivas.
No quiso condonarles los impuestos y tampoco aceptó darles “facilidades de pago”.
Cuando se reactivó el comercio, empezó a multar a los vendedores que, para recuperarse, abrían o cerraban fuera del horario permitido.
Para cobrar impuestos enviaba elementos de Protección Civil y de hasta de la Dirección del Medio Ambiente, cuya función es otra.
También empezó una cacería contra de dueños de depósitos y bares que tenían “anuencias” atrasadas, y ordenó multar a automovilistas que se estacionaban en sitios prohibidos mientras hacían sus compras en el centro citadino. Días antes de las elecciones mandó a levantar a los ambulantes del poblado Culico, muchos de los cuales llevaban años trabajando de esa manera informal.
En resumen, si bien las obras del ayuntamiento beneficiaron a los más pobres, los comerciantes se volvieron efectivos promotores del voto contra el candidato de Morena.
Era para que el vinotinto perdiera en forma abrumadora, pero su desventaja fue de apenas dos mil votos.