
Visión financiera
La cruzada de miles de niños que atraviesan países extraños para recuperar de un país final, lo que les quitó, no es solo un fenómeno de América.
En todo el mundo la niñez se moviliza a veces acompañada otras veces no, para penetrar países que se enriquecieron a costa de sus riquezas, de la explotación de su gente, de la imposición de reglas comerciales, políticas y sociales.
Es la búsqueda de la reivindicación de lo que fue propio. Estados Unidos tiene en su poder a 20 mil 273 niños migrantes.
Y de cara al mundo que en algunos casos es hipócrita y se muestra escandalizado, el nuevo presidente Joe Biden, está tratando de crear paliativos para determinar que hacer con tantos infantes.
La política de Donald Trump de separar familias y después perder los contactos de padres e hijos, se pretende remediar con nuevas formas de enfrentar el proyecto o bien de dorar la píldora mientras esos niños se integran o regresan a sus países.
Debe ser terrible la situación de los países expulsores, para que las familias, sobre todo las madres, dejen ir a sus hijos algunos en la primera infancia.
Se han detectado niños de tres años incluso, pequeños que a lo mejor formaban parte de la gran habitación de la calle, ya abandonados en un primer momento.
Están los que van acompañados de sus padres y se lanzan a los ríos y algunos se ahogan o terminan en manos de la trata o en mazmorras de pueblos donde su condición física se deteriora.
EN LAS VIEJAS CRUZADAS TAMBIÉN IBAN NIÑOS. MILES MURIERON
Aquel largo caminar de los que llevaban una cruz roja pegada a sus ropas, abarcó alrededor de tres siglos.
Fueron en total nueve cruzadas y muchos de los caminantes llevaban a sus familias completas.
La historia trata de puntualizar el fin primordial de recuperar los llamados lugares santos en el mediterráneo oriental, en manos de los musulmanes, pero el análisis va más allá.
Es cierto que los papas querían recuperar lo que viene a ser el centro de su actividad los mentados lugares de santidad, pero la movilización desembocó en fines económicos, culturales y deseos de instalarse en otros países.
Esa movilización que se realizó los siglos XI al XIII, más de 300 años, se reflejó en muchos cambios para los países involucrados, vasallaje en primeras décadas del feudalismo y sus poderíos, cambios paulatinos en la estructura social que vaticinó la cercanía de una clase burguesa que enseñaba sus narices, culturas que se enriquecieron con la influencia árabe y bizantina, rutas comerciales que se abrieron y al final se expandieron, el surgimiento de razas entreveradas a través del mestizaje, entre otros efectos.
Las cruzadas migrantes que ahora se ven, pueden tener alcances personales y sociales importantes por el aporte que hacen muchos con su trabajo, su creatividad y su inteligencia y ante la fatal postura de los teóricos de que la migración es eterna, la pregunta que se hace en ese caminar por nuestros senderos hacia el imperio gringo, ¿que pasará con México país víctima que en franca solidaridad abre el abrazo del asilo, pero que en este caso donde los viajantes tienen otro fin y propósito, seguirá siendo el refugio tan golpeado para que muchos remedien sus ansias?