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ZAPOPAN, Jal., 12 de octubre de 2020.- Con el repique de campanas y los tambores y trompetas de la banda de guerra fue recibida la Virgen de Zapopan de regreso en su Basílica como parte de la edición 286 de la Romería que fue virtual, la estaba esperando el presidente municipal, Pablo Lemus, y la misa de bienvenida fue encabezada por el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, quien hizo llamado a un profundo examen de conciencia personal ante los males que aquejan y dividen a México.
“Precisamente nuestro país corre el riesgo de la división, del enfrentamiento y del encono entre las distintas formas de entender la vida, la economía y la sociedad en vez de sumar y construir desde las legítimas diferencias un país justo, solidario y en paz, también existe una grave crisis de orden ecológico que pone en grave riesgo la vida humana sobre el planeta y que ensombrece el futuro próximo”, dijo el Cardenal.
A la entrada de la Basílica de Zapopan, con flores estaba la frase Patrona Contra Pandemias, la Sanadora atravesó una Plaza de las Américas Juan Pablo Segundo prácticamente vacía, con una cabecera municipal y negocios cerrados, así como con el enorme vacío de los danzantes.
El prelado tapatío advirtió que la humanidad enfrenta una de sus peores crisis porque en lugar de vernos como hermanos nos hemos esmerado en acentuar las diferencias hasta considerarnos enemigos.
Robles Ortega advirtió que la ambición de los humanos ha favorecido la propagación del virus y el daño al medio ambiente, lamentó que los jóvenes han sido poco solidarios en medio de la pandemia porque al no cuidarse dejan de cuidar a los más vulnerables quienes pierden la vida por la enfermedad.
Por cierto, aunque la Arquidiócesis de Guadalajara y las autoridades estatales y municipales llamaron a la población en general a seguir la transmisión del evento en las redes sociales, muchos salieron al paso de la Virgen en su contingente de cinco vehículos y su carruaje para verla aunque sea unos momentos.
Del mismo modo, en la cabecera municipal de Zapopan, decenas se mantuvieron detrás de las vallas metálicas instaladas por elementos de seguridad para presenciar, aunque sea de lejos, la llegada de la Generala.
Y es que es complicado que las personas hagan caso de las indicaciones si quienes deben poner el ejemplo, las propias autoridades no lo hacen, toda vez que en varios momentos, sobre todo a la llegada a Zapopan, la sana distancia y los protocolos fueron inexistentes.