Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
En el entendido de que los miembros del gabinete hacen proselitismo electoral en forma anticipada con la anuencia del gobernador Adán Augusto López Hernández (hace poco en un espacio radial les dio permiso, aunque ‘solo en fin de semana’), entonces a las descalificaciones al director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, podrían considerarse ‘fuego amigo’.
Es posible –y no hay manera de probar lo contrario– que el jefe del Ejecutivo sea ajeno a los ataques (si bien insustanciales, pero al fin ataques) a quien es uno de los hombres más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador. El problema es que la embestida mediática parte de sitios donde se le quema incienso al Estado.
Este martes se puso a circular un texto mal redactado en el que se acusa a Octavio de pretender ‘adelantar’la sucesión tabasqueña, y que se ha aliado a intereses del pasado para atacar al gobernador por el lado del tema energético.
Vaya, se llega al extremo de querer acoplar al responsable de Pemex con los “socios” (sic) del exmandatario Arturo Núñez Jiménez, a quien se acusa de ‘apadrinar’ a José Eduardo Beltrán, ‘Chelalo’, consejero de la empresa productiva del Estado.
Lo que resalta de este tema no es que sean ininteligibles los mensajes contra los supuestos ‘enemigos’ del mandatario tabasqueño, sino que muchos pueden creer que son escritos pagados por la 4T porque también le sirven a diario de alfombra al poder.
Las discrepancias entre el gobernador y Romero Oropeza son del dominio público, aunque el que sacó hace unos meses el tema a los medios fue el titular del Ejecutivo, mientras el otro ni se dio por enterado.
En el mismo sentido de hacer campaña a destiempo se encuentra el dirigente municipal de Morena, Jorge Bracamontes Hernández, quien ayer hizo circular, por medio de presuntos líderes de opinión, una encuesta ‘patito’ que lo ubica como el “puntero” en la carrera por la alcaldía de Centro.
La presunta medición le da 17.50 puntos a quien fue cercano colaborador de Amet Ramos Traconis, el tesorero de Arturo Núñez Jiménez y Martha Lilia López Aguilera “fallecido” en condiciones sospechosas.
En “segundo lugar” se ubica a Mario Llergo, secretario de Bienestar, con 11.80 puntos, mientras se manda a “tercer lugar” a Andrés Granier Melo con 11.50 puntos. Es decir, hay un “empate técnico” entre quien fuera operador de Jesús Alí de la Torre y el exgobernador priísta más popular de toda la historia.
Es imposible creer y causa risa que un personaje que está marcado con el fierro político del “difunto” Amet y de Núñez tenga más aceptación que Granier, a quien la sociedad identifica como víctima de Núñez y del expresidente Enrique Peña Nieto.
ESTRICTAMENTE PERSONAL…
Ayer, durante el primer informe de labores del titular del Tribunal Superior de Justicia, Enrique Priego Oropeza, pudo verse un hecho que seguramente el exgobernador no va a olvidar en mucho tiempo. Y es que desde que salió de su despacho hasta que llegó a la Cámara de Diputados, de manera espontánea el personal de la institución le formó una valla humana que le acompañó con aplausos hasta que llegó a su sitio en el presídium. El recinto legislativo estuvo a reventar. No faltó nadie. La sencillez que ha mostrado el magistrado presidente en su paso por la administración se vio reflejada en la entrega del público. Un evento a la altura del acto de un jefe del Ejecutivo. Ello evidencia que quien no abusa del poder siempre será aceptado.