El agua, un derecho del pueblo
El recibimiento portentoso que le dieron los priístas al exgobernador Andrés Granier Melo durante el informe de los diputados locales, muestra el grado de desesperación que hay en el PRI por encontrar a un guía. Y ante la falta de un líder que los cohesione, algunos oportunistas buscan ponerse al frente.
El personaje de la semana pasada fue el priísta que gobernó en el sexenio 2006-2012, y que vino a ser el último cuadro surgido del Revolucionario en despachar en Plaza de Armas.
Pese a ser el causante principal de que hace siete años la llamada izquierda echara al viejo régimen tricolor de la ‘Quinta Grijalva’, ahora Granier es venerado por sus correligionarios.
El miércoles pasado que los integrantes de la bancada del PRI en el Congreso local presentaron su primer informe de actividades en un hotel de ‘Tabasco 2000’, la tarde se la llevó el químico de profesión que estuvo casi un sexenio preso por una venganza política.
El otra vez popular priísta no tiene cuentas pendientes con la ley: ganó en los tribunales los procesos que le inició su sucesor, el perredista Arturo Núñez Jiménez.
A Granier lo persiguió a muerte el entonces presidente Enrique Peña Nieto y Núñez como si fuera de la peor ralea política, incluso más execrable que el exgobernador veracruzano Javier Duarte.
Vaya, la pasada administración tabasqueña le hizo publicar al priísta que en el reclusorio femenil de Tepepan (estuvo internado en el área de enfermería) todos los días le llevaban un menú con los mejores platillos para que comiera a sus anchas.
Luego, también le achacaron que en el reclusorio de Huimanguillo le acondicionaban una celda con todas las comodidades como agua caliente para que fuera traído a purgar su pena a su tierra natal.
Acaso esa persecución mediática le valió la etiqueta de víctima, y tras comprobar la opinión pública que ninguno de los señalamientos que le hizo Núñez resultó cierto, y –peor aún– cuando los tabasqueños observaron que el régimen de izquierda salió peor como remedio que la enfermedad, Granier ha sido resarcido… al menos por los priístas.
No hay reunión a la que llegue Granier que no sea aplaudido, y que todos busquen tomarse la foto con él.
Da la impresión que a los militantes del PRI les hace falta un interlocutor que llene el hueco de liderazgo, y ese agujero lo quiere tapar cualquier hijo de vecino.
El sábado, el expresidente estatal priísta, Erubiel Alonso Que, tuiteó: “Celebro mucho el acercamiento que ha mantenido en las últimas fechas el gobernador @adan_agusto con diferentes representantes de Países. Tabasco tiene todo para ser el gigante del sur, no hay que dejar de promocionar al Edén de México”.
Erubiel, quien es delegado del CEN en Baja California, busca así posicionarse en la política tabasqueña, pese a que el enviado de la dirigencia nacional, Genaro Abreu, le ha dicho en son de broma a los priístas tabasqueños que se quejan de él que el presidente Alejandro Moreno Cárdenas, ‘Amlito’, lo mandó “casi a Estados Unidos” para sacarlo del Edén.
El empresario del ramo llantero está operando de manera extraoficial el proceso interno para elegir al nuevo dirigente estatal.
Pese a que en 2015 –y de ello hay constancia en las hemerotecas– fue acusado de vender en cantidades millonarias las candidaturas priístas para las elecciones intermedias de ese año, ahora ha regresado como titiritero de Genaro Abreu, un simpático ganadero campechano que adolece de la malicia del político tabasqueño.