Abanico
“Cuando la verdad ofende se miente. A veces al punto de no recordar que la verdad sigue ahí. Pero ella permanece, y cada vez que se miente se incurre en una deuda con la verdad” – Valeri Legásov
*En 9 meses, Tercer Informe de gobierno de AMLO
Ayer rindió su Tercer Informe de gobierno el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Desde el 15 de agosto de 2008 se reformó el artículo 69 de nuestra Carta Magna, eliminando el requisito de asistencia del presidente al inicio del periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, ya será su decisión si desea acudir o no ante el pleno de sesiones de las cámaras unidas de senadores y diputados, lo que sí es que el Presidente sólo está obligado a enviar su informe por escrito al poder legislativo.
Hasta el 2005 los informes de gobierno, los presidentes de la República rendían su informe ante el pleno de las cámaras legislativas. Eso cambió en 2006, cuando la oposición tomó la tribuna acusando a Vicente Fox de ser cómplice de un presunto fraude electoral que dio como ganador a Felipe Calderón, además le impidieron entrar al recinto parlamentario a rendir su último informe, por lo que hizo entrega del documento en el vestíbulo del recinto de San Lázaro y se regresó a Los Pinos donde leyó su informe en un mensaje televisado a la nación. Para no romper con la nueva tradición legislada en el 2008, el presidente López Obrador no se presentó a San Lázaro a presentar de viva voz su informe de gobierno, lo hizo en Palacio Nacional ante la élite política y económica de México. Su secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero fue la que hizo entrega del texto del Primer Informe, como tal, ante el Congreso de la Unión.
Al inicio de su intervención el Presidente mostró ante las cámaras de televisión la portada del texto de su informe e inició señalando que “No lo voy a leer todo”. Este informe, no es más que un recuento de 186 mini informes “La Mañanera”, más el primer informe en marzo de los cien días de gobierno y el segundo informe que dio el 1 de julio a un año de haber ganado las elecciones. No hubo ninguna novedad, algo que sacudiera al país. Las frases que expresó en este informe ya las ha expresado en varias ocasiones y para muestra van estas palabras: “Ya es un hecho la separación de poder político del poder económico. El gobierno actual representa a todos, al margen de la ideología, la orientación sexual, la posición socioeconómica. Ya existe un auténtico Estado de Derecho”. «…El Poder Ejecutivo ya no interviene, como era costumbre, en las decisiones de los poderes legislativo, judicial, los gobiernos de municipios, estados u organismos como la Fiscalía General de la República, el Instituto Nacional Electoral o el Banco de México”. “Exhorto al Poder Legislativo a eliminar las trabas legales para la aplicación del método de la consulta popular y que cancele el fuero a servidores públicos empezando por el del presidente”.
Andrés Manuel López Obrador hizo una serie de señalamientos, igualmente ya conocidos, como el que en estos primeros nueve meses de su administración se consiguieron ahorros por 145 mil millones de pesos. Refrendó su decisión de cancelar el NAIM, cuyo costo de cancelación fue de 71 mil millones de pesos, y dijo que su administración ya terminó de liquidar los bonos y los contratos pendientes con las empresas responsables de las obras de lo que sería el aeropuerto en Texcoco. Acerca del huachicoleo, y teniendo presente la tragedia de Tlahuelilpan, señaló que: “Con todo este dolor a cuestas, hoy puedo informar que el robo de combustibles se ha reducido 94 por ciento y que ello nos permitirá recuperar 50 mil millones de pesos este año”, por cierto, un dato que no puede ser verificado. Acerca de la inseguridad dijo: “Aunque todavía tenemos que trabajar mucho porque no son buenos los resultados en cuanto a la disminución de la incidencia delictiva en el país”, y su reconocimiento a que: «el país no será viable si persiste la pobreza y la desigualdad…Sin justicia no hay garantías de seguridad, tranquilidad y paz social…”
Así que ninguna novedad en este tercer informe al pueblo y primer informe ante el legislativo, una repetición de “El Día del Presidente” como en los mejores tiempos priistas. Si alguien pensó que esto iba a cambiar ayer, como que no le atinó.
Que decir de los otros datos de López Obrador, en una realidad alterna, donde asegura que el empleo ha crecido, sin embargo, el IMSS dice que la tasa de crecimiento de empleos es la más baja desde marzo de 2010; el presidente afirma que “Sólo el 25% del territorio nacional tiene conectividad por internet”, contradiciendo al IFT que asegura que la cobertura es del 88.4% del total de la población y una de las mejores aseveraciones presidenciales: que entregar adjudicaciones directas se acabó cuando que la página oficial de Compranet, informa que llegan al 78 por ciento las adjudicaciones directas
AMLO siguió con la costumbre presidencial de sus antecesores en sus informes de gobierno: el de ser autocrítico. No hay registro de algún mandatario mexicano que haya reconocido haberse equivocado en algunas de sus decisiones. Los informes de los gobiernos, en cualquiera de sus tres niveles sin importar su origen partidista, se convierten en su fiesta y la de sus simpatizantes, se trata de un buen pretexto para hablar frente a sus invitados sobre sus logros, lo que han cumplido y el futuro promisorio que le espera al país, el de autoalabanza de su persona. Tienen el descaro de transformar lo más negativo en positivo.
Hasta el próximo lunes, si no se cansa el ganso o si no se gasta la tinta.