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MAPASTEPEC, Chis., a 08 de noviembre de 2018.- Con los pies ampollados, piernas fracturadas, enfermos de fiebre, dolor de cuerpo e infección de la garganta; arribaron a este municipio unos tres mil migrantes de la cuarta caravana, tras caminar más de 10 horas 67 kilómetros del municipio de Huixtla a esta localidad, ubicada en la región Costa de Chiapas.
El contingente abandonó Huixtla el pasado miércoles a las 3:00 de la madrugada, luego de tomar un descanso debido a que las mujeres y los niños se encontraban cansados por la caminata que realizan desde el pasado viernes; que cruzaron de forma irregular a México por el río Suchiate, que sirve de división política entre México y Guatemala.
Tras caminar por un lapso de seis horas 37 kilómetros, el contingente arribó al municipio de Escuintla a las 9:00 de la mañana, donde el presidente municipal, Ever Daniel Velázquez Javalois proporcionó vehículos para ser trasladados al municipio de Acacoyagua, ubicado a unos cinco kilómetros.
Los vehículos particulares y propiedad del ayuntamiento de Escuintla, transportaron en una primera instancia a mujeres, niños, adultos mayores y personas con discapacidad; para luego continuar con el resto de los centroamericanos.
El contingente avanzó en transporte público y particular hasta esta localidad; donde fueron instalados en el auditorio municipal, donde se les brindará alimento y un lugar donde dormir.
La caravana reanudará su viaje la madrugada del jueves, con el objetivo de unificarse con la segunda caravana que transita por territorio oaxaqueño; y dar alcance también a la que se ubica en la Ciudad de México con el objetivo de llegar juntos a la frontera con Estados Unidos.
MIGRANTES LLEGAN ENFERMOS A MAPASTEPEC
Con la carne de la planta de los pies expuestos camina la salvadoreña Miriam (nombre ficticio) en esta caravana, integrada en su mayoría por salvadoreños.
Apenas logra dar unos pasos apoyada por algunos jóvenes, el dolor dice que ya es insoportable.
“Ya no aguanto, pero todavía tengo ánimos para llegar a Estados Unidos, dice la joven mujer.
Con gran esfuerzo y apoyada por sus connacionales, llega al auditorio que fue habilitado para alojar a los integrantes de esta caravana.
Se quita los tenis y la carne entre tono rosa y rojo se observa en la planta de los pies.
Se unta una crema en color amarilla que le ha recetado un paramédico de Protección Civil para curar la herida de las planta de sus pies.
En una palapa del albergue se encuentra tirado en el suelo con alta temperatura, dolor de cuerpo y garganta el salvadoreño Denis Amilkar García Acevedo, de 20 años de edad.
Le han dado de tomar una pastilla y puesto en la cabeza lienzos de agua fría para tratar de bajar la temperatura, pero no cede.
Su madre explica que el joven viene enfermo desde el municipio de Huixtla, un médico que le recetó paracetamos, sin explicarles el padecimiento que sufre.
“Estoy preocupada, la temperatura no le baja, se queja que le duele el cuerpo y la garganta”, explica la preocupada madre.
En esta caravana también viaja el guatemalteco Yonathan Alexander Gómez, de 22 años de edad; quien sufrió la amputación de la pierna derecha hace poco más de tres años, en el estado de Puebla cuando intentó abordar el tren en movimiento.
“Tuve mala suerte, quise subir al tren y la rueda jaló mi pierna, la machucó y luego de 20 días, me deportaron a Guatemala”, relata el joven, quien dice que por su condición siempre le ofrecen raite.
Abunda que en Guatemala trabajaba en una tienda de abarrotes con un pariente, pero fue cerrada debido a que pandilleros incrementaron de 500 a 2 mil quetzales mensuales la cuota de extorsión.
“Ya no se podía pagar la extorsión para que pudiéramos seguir trabajando, así que mejor fue cerrado el negocio para evitar que nos mataran”, explica.
Abunda que se unió a la caravana en la frontera de Guatemala con México, porque vio la oportunidad de poder llegar de esta forma a Estados Unidos.