
Nueva realidad, nuevas prácticas
¿La izquierda de qué o respecto a qué?
Un principio de política práctica expuesto desde su primer programa de la izquierda es el de apoyar o empujar todo movimiento social que lleve a una evoluciona, al progreso, esto en la visión de cubrir la ruta que llevará a la extinción de la propiedad privada, las clases sociales y el estado.
Con toda claridad la izquierda –después de tantas experiencias del siglo XX- tiene definidas las vías de acceso al poder: la vía de la fuerza y la vía electoral; la primera efectivamente en una real correlación de fuerzas progresistas revolucionarias enfrentadas de una u otra forma a las reaccionarias, la segunda como posibilidad de cambios al menor costo histórico en la vía parlamentaria.
A la izquierda electoral en México, concediendo que sea en la última contienda logra llegar al poder, se le debe reconocer su vía electoral probando su alcance. En eso debe dejársele ver su limitación al no poder hacer ni cumplir con sus propuestas y promesas, más no confiarse en un cheque en blanco por las fuerzas reaccionarias que se mueven a su alrededor.
La izquierda social y la izquierda radical, tan importantes una como la otra y la otra, tienen sus tareas y sus espacios, que van de fortalecer la organización social en territorios y sectores, así como el consolidar, acumular y dirigir sus fuerzas.
El punto importante en esta etapa aun de diseño de definiciones es que la izquierda, como proyecto de transformación social y político, tenga claramente definida la ruta y el programa. A lo inmediato, 50 años de luchas lo reclaman, no caer en espejismos como el confundir etiquetas de izquierda o declararse de ropaje de izquierda actuando en forma de derecha, lo que da a preguntar: ¿si, de izquierda, de qué o respecto a qué?
O a dar concesiones simplistas, como ya ocurrió y se dio en voto de confianza en el periodo 2000-2006 con el mismo personaje, dejando atrapar la organización social en un lenguaje de individualidad y ciudadanización, paralizando la acción social de organización en programas de gobierno de corto plazo, concediendo y dejar la movilización en el espacio público, y sin crítica cuando sus propuestas o formas y no cumplir con las promesas de campaña, para no golpear el proyecto o servir a otro. Haber dicho una cosa y hacer otra.
La izquierda tiene otro principio fundamental que debe considerarse aún en el cambio más superficial, este es el de la igualdad. En el sentido objetivo de que nade carezca de lo indispensable, ni nadie tenga más de lo superfluo.
La izquierda ve con respeto al pasado que enseña, ve también con serenidad el presente para valorarlo, pero ve con alegría de la lucha al futuro que le pertenece.
En el pasado un diálogo entre el general Emiliano Zapata como dirigente campesino y Francisco I Madero, ya como presidente electo con una alta votación, nos da enseñanza:
“Con Madero como presidente de la República, las diferencias no disminuyeron. Zapata se entrevista con Madero en el Palacio Nacional, donde sostienen una fuerte discusión. Madero ofrece a Zapata una hacienda en el estado de Morelos «como pago a sus servicios a la Revolución», cosa que enfurece a Zapata que le contesta:
Dicho esto mientras con gesto amenazador, golpeó con fuerza su carabina .30-30 sobre el escritorio de Madero.”
Voto duro
“Suele llamarse así, al voto emitido por quienes son militantes y simpatizantes permanentes de un partido político, y que lo apoyan en las urnas independientemente de los candidatos y de los programas que ofrezca al electorado, o de la situación por la que atraviese el país, porque sienten una gran identificación con él. Este tipo de voto es la base electoral, el apoyo más importante de los partidos y les proporciona estabilidad, al igual que al sistema político.
Esta predisposición depende de dos factores: «uno funcional, relacionado con los canales que se establecen entre el partido y el elector para que éste reciba beneficios directos del partido…el otro…se refiere a los vínculos sociales que van generando los partidos y que se presentan ante el elector como una idea del grupo social cuyos intereses representa cada partido y, dado el caso, de los intereses a los que podría oponerse. Si la preferencia inercial es fuerte, difícilmente puede modificarse a corto plazo y los electores que la presentan tienen una muy alta probabilidad de acudir a votar el día de la elección”, (María de las Heras, Uso y Abuso de las Encuestas) Voto de castigo Señala Sanchis (Cómo Ganar el Poder) que «el voto de castigo bien estructurado, bien alimentado, bien argumentado, puede servir para crear una gran corriente de opinión, un gran movimiento de gente en una u otra dirección». Por eso es frecuente en las campañas electorales el uso propagandístico de la frase: «Es tiempo de cambiar»… En México, según Buendía (El elector mexicano en los noventa: ¿un nuevo tipo de votante?) los votantes son básicamente retrospectivos y el tipo de información a la que le dan la mayor importancia tiene que ver con la economía nacional. Al analizar el periodo 91-97, Buendía encontró que no obstante los cambios políticos, el cálculo de los electores no se modificó, lo que cambio fue la gestión económica del gobierno.” |
(Voto duro. DICCIONARIO ELECTORAL. INEP. http://diccionario.inep.org/V/VOTO-DURO.html)
Dicho 1.- Hace 50 años en estos días había vientos de cuestionamiento al estado de cosas, reclamo de cambio en lo que debería de ser y rebeldía ante lo injusto. Vietnam, Cuba, el Che, el Movimiento de 1968, el autoritarismo.
Cabello largo, minifalda, amor libre, peace and love. Música y cantos: No basta rezar, Blowin’ in the wind, Fortunate Son, Run Through The Jungle, el aparecido.
Dicho 2.- soplan vientos de cambio, son tiempos de cambios.