Abanico
Herramientas obligatorias en temporada electoral, las encuestas nunca se habían abaratado tanto como ahora: su uso y abuso muestra el grado de descomposición en que se encuentra la clase política.
Los estudios demoscópicos de firmas conocidas ponen en la contienda presidencial a Andrés Manuel López Obrador adelante, pero muy adelante y, por ende, su partido aparece arriba en los estados del sureste mexicano, excepto en Yucatán, en donde el PAN y el PRI siguen peleando la punta.
En 2000, 2006 y 2012 las firmas dedicadas a estas investigaciones fallaron, pues sus pronósticos no se cumplieron.
Lo laxo de las leyes electorales para combatir la propaganda sin control en internet ha sido aprovechado por políticos frívolos para tratar de ganar puntos esparciendo la percepción de que son competitivos.
Los equipos de candidatos venales se valen de cualquier sondeo en medios electrónicos y, luego de alterarlos en su beneficio, comienzan a difundirlos engañando con que se trata de “encuestas”.
Una encuesta es muy diferente de un sondeo. La primera tiene metodología y la aplican profesionales, mientras el segundo por lo general se levanta sin ningún rigor científico en el ciberespacio.
En los sitios web les preguntan a los visitantes a quién prefieren para candidato, y cualquiera puede votar con el agravante de que los políticos ponen a su equipo a participar varias veces o, de plano, usan programas de computadora para aparentar que ellos van a la cabeza o muy cerca del puntero.
Cumplido ese objetivo ponen a sus activistas a estar replicando los sondeos, pero haciéndolos aparecer como “encuestas”.
También se da el caso que algunos espacios por desconocimiento o por prestarse a ello engañan a la audiencia dándole “gato por liebre”.
Una verdadera encuesta la realizan empresas reconocidas, no páginas de la llamada súper carretera de la información.
Obviamente el lector no es tonto y se da cuenta del engaño; por eso en plataformas de redes sociales los mismos ciudadanos descalifican a los abanderados deshonestos que de un día para otro se presentan “peleando” el primer lugar.
Hay ejemplos de candidatos que han engañado a medios y columnistas de la capital del país con “sondeos” interesados que allá presentan como encuestas establecidas patrocinadas por empresas editoriales locales.
El sábado arrancan las campañas. Dentro de un mes y medio se podrá evaluar qué candidato tiene mayores posibilidades de triunfo. Ahorita es ocioso hablar de punteros.
JUBILADOS
Pedro Gutiérrez aceleró el paso para evitar el saludo a los periodistas que desayunaban con el candidato perredista a la gubernatura, Gerardo Gaudiano Rovirosa. Pero al notar su prisa, José Chablé le gritó: “Pedro, una foto con el grupo”.
Sin detenerse, el presidente del PRI soltó un “nooo” y siguió caminando con prisa. Su acompañante, que no dejaba de sonreír, tuvo que apurarse para no quedarse atrás.
Minutos antes, el abanderado de la alianza PRD-PAN-MC le había dicho a los integrantes de la mesa de la Fraternidad: “a la clase política actual la veo cansada, oxidada, vieja, podrida”.
Más aún, dijo que a los actores de hoy “hay que jubilarlos, mandarlos a descansar” para “oxigenar la política”. Se refería el alcalde con licencia de Centro a los políticos incivilizados, e instantes después los reporteros tuvimos la oportunidad de ver que Gaudiano tiene razón cuando hace un esbozo de los políticos contemporáneos.