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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis., a 7 de julio del 2017.-Doña Beatriz Mijangos Zenteno, la mejor amiga de la fotógrafa suiza, Gertrude Dubi, quien la acompañara a su expediciones a la selva lacandona, en los años 50’s, ve con tristeza como día a día se extingue la selva lacandona.
En entrevista recuerda sus primeras expediciones cuando la selva estaba intacta, pero hoy lamentablemente hay muchos cambios indica.
A sus 85 años de edad, doña beti, habla de la pérdida de las tradiciones de los lacandones mayas, como se han ido perdiendo sus rituales ceremoniales.
Manifestó que en primera, los hombres, se han cortado el cabello y en su alimentación consumen muchas cosas que no comían ni bebían como el refresco de coca cola.
Con la llegada de la religión evangélica, también se olvidaron de sus dioses, el dios del agua, el dios del sol, y tantos otros dioses que veneraban, por lo que poco a poco también van desapareciendo sus rituales mayas.
“Hay muchos cambios, yo conocía la selva cuando todavía tenían sus tradiciones, por ejemplo en Naha, apenas murió Chankin, 6 años después que doña Gertrude, entraron a evangelizar el pueblo, hoy todos son evangélicos, nada más existe don Antonio Chankin, a sus 87 años, es el único que hace ceremonias”, expone.
Asimismo, muchos lacandones han dejado de vestir su tradicional túnica blanca por la ropa moderna.
En el 116 natalicio de doña Gertudre Dubi, quien junto a su esposo el danés Frans Blons, exploraron y documentaron la selva lacandona, doña Beatriz Mijangos Zenteno, recuerda estas expediciones que hicieron a caballo y con arrieros abriendo brecha con machetes.
“La primera vez íbamos a caballo, no había pavimento, ahora hay mucho desmonte, por Ocosingo salen camiones llenos de trozos de madera, así ya van acabar la selva, los niñitos ya no van a conocer la selva lacandona”, finalizó.
Actualmente hay una población de alrededor de 3 mil lacandones mayas en la selva lacandona, en las comunidades de Lacanjá- Chansayab, Nahá, Metzabok.