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Indicador político
(Segunda Parte)
Nezahualcóyotl, 2 de noviembre, 2016.- Por las puertas del vecindario que se entreabren, se ven algunas ofrendas. Y la abuela insiste en que, un día como hoy, el altar de los angelitos se adornaba con papel crepé y sobre ella lucían velitas, velas y veladoras blancas, porque almas blancas y puras son las de los ñiñitos y en la ofrenda había dulcecitos, caramelos y juguetitos de colores chillones, para que se entretuvieran en este su día…
Y no para de recordar la abuela enrebozada, y dice que en los panteones los escuincles tronaban cuetes chifladores, chinampinas, cañones, luciérnagas y otras pirotecnias, sobre las tumbas de los niños difuntos, requete adornadas con papel picado papel de colores, juguetes y golosinas; el día 2 de noviembre tocaba y toca el turno del festejo a los adultos, tanto en casa como en el panteón, en sus tumbas.
Mañana es para los madrugadores, sentencia la abuela, porque no es enchílame la otra y ya. Nones: hay que encaminarse al panteón con cubeta para acarrear el agua y regar las flores, pala para remover la tierra, tijeras para desbrozar la yerbamala. Otros irán al mercado por nubes, margaritas, azucenas, y en casa alistan la mesa donde irá el altar con las ofrendas; hay que guiar a las almas para que no se desorienten en su vuelta a casa: para eso sirven las velas y veladores encendidas; los alimentos que gustaba el o la difunta requieren tiempo de preparación, nada de al ai se va: y se barre la estancia apuntando de Norte a Sur, de Este a Oeste, con mucho esmero y un mazo de hierba fresca, aromática, como si fuera a venir tu suegra y que no cretique; hay que colgar el papel picado de colores; poner agua y sal y las fotos de quienes nos visitan: primerito el principal, don Sera, y la abuela Yaya; de este lado el cromo del abuelo Pablo, junto a la tía Tanita; acá la del Rodrigo: chamaco latoso éste, cómo te moriste tan chiquito; acá doña Tere, la mera mera de la casa, y la del consuegro, don Beto, junto al tío Viviano, y acá…
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