El agua, un derecho del pueblo
Alan Pulido, un tipo con suerte
Secuestrado en el infierno donde los criminales son el poder en una tierra dominada por la delincuencia, el futbolista tuvo la “fortuna” de haber sido “seleccionado” por plagiarios inexpertos. Según la versión oficial –que siembra dudas en redes sociales– un descuido de los captores le permitió comunicarse por medio de un celular, y prácticamente coordinar el operativo de su rescate.
¿De milagro pudo “zafarse”?
Tiene la suerte de ser figura pública; provocar la atención del gobierno estatal y las fuerzas federales –el propio secretario de Gobernación giró instrucciones para rastrearlo. Aun así, solo la audacia del goleador del Oliympiacos de la liga griega –antes del Levadiakos; acabó de pleito con los Tigres de la UANL– pudo precipitar el feliz desenlace tras 24 horas de plagio.
Pulido trasnochaba el sábado al ser interceptado por sujetos armados; se lo llevaron a fuerza; dejaron libre a la novia quien dio el aviso…
Tamaulipas es la entidad con mayor número de secuestros del país. Durante la administración del gobernador Egidio Torre Cantú ha habido 909 nueve denuncias –según cifras reportadas por el diario Milenio; sólo en Ciudad Victoria, la capital, se han registrado 203 casos, más que en ninguna otra población de la entidad.
Los números rojos alarman.
La organización Alto al Secuestro, encabezada por la activista Isabel Miranda de Wallace, advierte que Tamaulipas carece de estrategia, acciones contundentes y voluntad para erradicar este flagelo del crimen; apenas hay un asesor jurídico adscrito a la coordinación estatal antisecuestro; el 98 por ciento de las víctimas se encuentra en total indefensión. En Tamaulipas, el tejido social está roto.
¿La seguridad solo protege a ricos, poderosos… y famosos?
El gober Torre Cantú podrá tomarse la foto de rigor con el deportista liberado y pretender colgarse la medalla del rescate… pero no puede engañarnos. El mandatario “ausente” no deja de encarnar el fracaso político por mucho que pretenda exhibir el éxito en medio de un mar de fracasos, justo a una semana de las elecciones. El oportunismo de quien recibió el poder sin merecerlo –luego del asesinato de su hermano Rodolfo– no achica el tamaño del desastre ni rompe el círculo infernal que por años ha cercado los tamaulipecos.
Tamaulipas es un estado de emergencia, crimen y tragedia.
¿Lo sabía Alan Pulido?
EL MONJE RECOMENDADOR: Hay que leer para entender: Tamaulipas. La casta de los narco gobernadores: un eastern mexicano, de Humberto Padgett.
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