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MÉXICO, 24 de julio de 2015.- Presente en la memoria de todos los que lo acompañaron en sus triunfos, sueños y derrotas, compartieron premios, consejos y también reprimendas; se entusiasmaron con sus premios y reconocimientos, y se han entristecido por su frágil estado de salud, Marco Aurelio Carballo “MAC”, es un ícono de la perseverancia, reciedumbre, voluntad y temperamento, pero sobre todo de nobleza.
Esa lealtad permitió la comunión con veteranos periodistas, que hoy rindieron tributo al jefe de información, al aventurero, al literato, al escritor y cuentista, pero por sobre todo al amigo, al compañero de letras y de memorables parrandas.
El numeroso grupo fue convocado por Fernando Macías Cué, en complicidad afectiva con Patricia Zama, esposa de Carballo. A este se sumaron Rafael Cardona y René Avilés Favila. El escritor David Martín del Campo fungió como moderador.
El primero en charlar con Marco Aurelio -quien a la distancia, por medio de Internet siguió el homenaje por sus 50 años de ejercicio periodístico-, fue Rafael Cardona, quien aceptó que en el devenir de los años el periodismo había perdido un gran reportero, pero a cambio la literatura mexicana ganó un escritor.
“Un día, no sé si en un arranque de sinceridad o simplemente porque estábamos crudos, me dijo: acabo de tomar una decisión que va a modificar el rumbo de mi vida; me voy a dedicar de tiempo completo a la literatura. Quiero ser escritor.
“Entonces yo le respondí: creo que será un grave error de tu parte, porque si tú dejas el periodismo activo, el reporterismo, el periodismo habrá perdido un gran reportero, un gran cronista y, si te dedicas a la literatura, la literatura no va a ganar nada. Después de ese severo diagnóstico nos separamos luego de una furibunda mentada, de allá para acá.
“Y mi comentario fue porque me había regalado un ejemplar de un escrito que es un libro que se llama “La Tarde Anaranjada” publicada por la Editorial Mendrugo, hecho en papel de estraza con tapas de cartón, y que él mismo llamó después “La Tarde Atarantada”.
“El revisaba con la acuciosidad perfeccionista que ponía a sus reportajes cada uno de sus “mamotretos”, pero el tiempo nos separó y con los años confirmé sus talentos. Hoy por hoy, Marco Aurelio Carballo es un excelente cronista, escritor reconocido e indispensable, y gran reportero, méritos que avalan los Premios Nacionales de Periodismo y otros reconocimientos que ha recibido a lo largo de su trayectoria”, dijo y agregó:
“La literatura también ganó mucho; ganó un lenguaje novedoso, la construcción de personajes recurrentes en las crónicas, cuentos y libros de Marco Aurelio Carballo”.
A su vez, René Avilés Fabila, recordó varios pasajes de su relación con MAC, de quien aseguró “lo distinguía su agudo sentido del humor”.
Esa misma relación lo llevó a proponer y hacer que la Universidad Autónoma Metropolitana editara un libro con muchas de sus crónicas, que incluyó una extensa entrevista que el escritor chiapaneco le hizo a José Saramago, la cual no incluyó una sola pregunta, porque después del saludo inicial entre ambos, lo dejó hablar hasta que culminó la entrevista.
“También soy responsable de que se haya publicado su primer libro “La Tarde Anaranjada”, que si bien fue artesanal, alcanzó los 100 ejemplares. Yo lo vi evolucionar como escritor y me encontré que en la contraportada del libro “Ciudadano del Metro y otras Turbocrónicas” dejó sus huellas en textos breves y contundentes y agudos.
La sala del otrora bar “La Selva” del hotel Geneve, se colmó de más de un centenar de amigos que se sumaron al saludo emotivo y al homenaje que el propio Marco Aurelio siguió en directo vía internet.
Allí presente -entre los espontáneos que tomaron la palabra desde el auditorio para saludar su genialidad, como David Siller-, estaba Mónica Lavin, escritora ganadora del Premio Bellas Artes de Narrativa Colima por la novela Café cortado. Ella recordó su estancia en Tapachula, en la cantina “La mesa redonda”, lugar donde MAC presentó varios de sus textos y donde se halla una placa de bronce, uno más de los muchos reconocimientos que le fueron otorgados al periodista, que da testimonio de su creatividad literaria.
Siller, se refirió a él como “El Quijote del Soconusco” y rememoró cuando después de acompañar al escritor Julio Cortázar a su hotel -al compartirle esta experiencia a Marco Aurelio Carballo, éste le interrumpió diciendo “No me lo cuentes, ¡escríbelo!”
Loa asistentes refirieron las anécdotas quedan constancia de su amistad con MAC y aprovecharon este homenaje por sus 50 años de periodista, para refrendar su solidaridad fraterna, su afecto, admiración y amistad comprometida con el literato chiapaneco nacido en 1942.
Patricia Zama, esposa de Marco Aurelio -acompañada de sus hijos Bruno y Mario-, agradecieron la fraternal efusiva respuesta de quienes han compartido una parte de su vida profesional y personal con el periodista. Ella se refirió luego a la próxima publicación de “Crónicas súbitas”,una recopilación de la obra del homenajeado.
Entre los asistentes al evento se contó la presencia de los periodistas Beatriz Pagés Rebollar, Francisco Cárdenas Cruz, Raymundo Riva Palacio, Elías Chávez, Abelardo Martín, coordinador de Comunicación Social de Sagarpa, Víctor Avilés, de la Secretaría de Energía, René Hernández Cueto, de la PGR, Ignacio Durán, de Pemex y el cronista Miguel Reyes Razo.
Así también asistieron los comunicadores Jaime García de Haro, Fernando Ramírez de Aguilar, Guillermo Mora Tavares, Federico Gómez Pombo, Fernando Belmont Acero, Ella Grajeda, Norma Inés Rivera, Salvador Estrada, José Martínez, Roberto Fuentes Vivar, José Luis Meza, Federico Enríquez, Arturo Arredondo, Armando Rojas Arévalo, Alberto Vega Vieyra, Roberto Vizcaíno y José Luis Meza, entre otros.
Igualmente se dieron cita Wendy Coss y Leon, Dolores Colín, Perla Xóchilt Orozco, el político chiapaneco Sami David David y los fotoreporteros Pedro Valtierra y Aarón Sánchez y otros periodistas que vía telefónica o internet expresaron su reconocimiento al trabajo de Marco Aurelio Carballo, entre ellos Gonzalo Álvarez del Villar, Alberto Carbot, Raúl Urbina y Roberto Martínez Maestre.