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Indicador político
Las izquierdas, los perros de rancho y su mordedura de cola
· Las primeras vencidas para el 2018 serán el Distrito Federal
· Monreal y la tentación de recibir financiamiento extra legal
La radicalización de Marcelo Ebrard contra Miguel Mancera no es casual.
Está decidido a destruir al jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF) por un gran telón de fondo: el primer juego de las vencidas entre la izquierda rumbo al 2018 es la ciudad de México.
De su calidad moral y política hablan la Línea 12 del Metro, su traición a Andrés Manuel López, severas dudas administrativas en su sexenio y su choque con Los Chuchos por no darle candidatura alguna.
Pero los ataques de Ebrard son sólo una parte de esta historia.
Una historia denominada como “el huevo de la serpiente” por Rafael Sebastián Guillén Vicente o bien por una metáfora distinta: como los perros de rancho, todos se muerden la cola.
Atrás de la parafernalia está una realidad: las candidaturas presidenciales para el 2018 tendrá los mismos actores del 2012:
En primerísimo lugar, ya destapado, El Peje con su nuevo negocio, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en espera de llegar a entendimiento con otras siglas como Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido del Trabajo (PT).
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) puede ser otro aliado si para entonces no mandan Los Chuchos, con los cuales se mantiene confrontado tanto como su antaño protegido Marcelo Ebrard.
Ebrard, por su parte, cree poder crearse una segunda oportunidad a través del partido de Dante Delgado, quien al principio lo descartó por ambicioso y luego lo cobijó por conmiseración.
El tercero es Miguel Mancera, a quien ya destapó el dirigente perredista Carlos Navarrete y por ese simple hecho sufre la embestida de su antecesor, quien sueña con destruirlo y eliminarlo desde ahora.
APOYO ESPECIAL A ANGUIANO Y MUÑOZ
La lucha cuerpo a cuerpo, sección a sección, se concentra en dos delegaciones.
En Iztapalapa, donde El Peje ya sueña otra vez con su títere Clara Brugada, no tendrá esta vez un Juanito, aquel pobre diablo al cual obligó a renunciar en público sin saber siquiera su nombre, Rafael Acosta.
Juega con Brugada, pero el perredismo rediseña la campaña de Dione Anguiano y el papel del Partido Nueva Alianza (Panal) y el magisterio no será testimonial.
Anguiano tendrá también el respaldo de facto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a reserva de ver la actitud del desprestigiado Cuauhtémoc Gutiérrez, amo y señor de los basureros físicos y políticos de la capital.
Otra delegación de alto valor público es la Cuauhtémoc.
Ricardo Monreal participa bajo el emblema de Morena –y cómo no, si se hizo de izquierda con la tutela de Andrés Manuel López en 1998, cuando presidía al PRD-, pero el perredista José Luis Muñoz Soria conoce la jurisdicción y renegocia su lanzamiento.
Apueste usted: Miguel Mancera y el gobierno federal pondrán su máximo esfuerzo para no dejar caer en manos pejistas esas delegaciones, la más populosa y de mayor presupuesto (Iztapalapa) y la sede de los poderes (Cuauhtémoc).
La Cuauhtémoc, todos sabemos, genera 25 por ciento del producto interno bruto en base a sus servicios –turismo, comercio, centro histórico- por ser el corazón de la ciudad de México.
MONREAL SE CREE SUPER MONITOREADO
Ricardo Monreal mantendrá sus reuniones con hombres de negocios y empresarios de la delegación Cuauhtémoc pero no aceptará recursos al margen de la ley, aseguran sus colaboradores.
El zacatecano se sabe vigilado desde todas las instancias –partidos políticos y los institutos Electoral del Distrito Federal (IEDF) y Nacional Electoral (INE)- y por ello no cometerá ese tipo de errores.
Deberá lidiar, eso sí, con la mala imagen dejada en hoteleros, comerciantes, profesionistas y despachos de grandes compañías del Centro Histórico y de Paseo de la Reforma, a los cuales hizo quebrar El Peje con su plantón en 2006.
Su equipo da otro dato: ha rechazado patrocinios de desconocidos porque temor a ser víctima de un golpe bajo.