Sin mucho ruido
Nuestros representantes no nos representan. Así piensan siete de cada diez mexicanos. Legisladores federales y diputados locales están lejos, muy lejos de quienes los eligen y les pagan sus “dietas”. El trabajo parlamentario resulta lejano, ajeno, opaco e ineficiente, dilapida recursos y desprecia la rendición de cuentas.
El “Diagnóstico sobre parlamento abierto en México”, realizado por Transparencia Mexicana, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y otras diez organizaciones revela que de los 34 órganos legislativos del país, ninguno reporta declaraciones de intereses, ni da a conocer los presupuestos y gastos de comités; solo el 24 por ciento difunde información presupuestal y apenas el 3 por ciento elabora versiones estenográficas de los debates realizados en comisiones.
La política de puerta cerrada a la hora de dar información contrasta con la manga ancha al ejercer los recursos.
Basta como ejemplo asomarse al Senado de la República. Tan solo en las últimas semanas, un rosario de perlas ha sido consignado por los medios, comenzando por un faltante de 1 mil 200 millones de pesos de la cuenta 2013 encontrado por la Auditoría Superior de la Federación; los padres legisladores gastaron el dinero pero olvidaron reportarlo.
El segundo caso, es el costo de la sede senatorial, cuyo presupuesto original era de 1 mil 700 millones por la cual han pagado prácticamente casi tres veces más… y falta.
Asesores y Secretarios técnicos de los congresistas ganan prácticamente lo mismo que sus jefes, y por si fuera poco también está el asunto de las faltas cobradas. La mitad de las 1 mil 800 ausencias registradas en lo que va de la Legislatura fueron justificadas, y del resto, hubo algunas que no recibieron sanción. Tan solo a la sesión de apertura del presente Periodo Ordinario, faltaron 37 legisladores pero solo a uno le descontaron el día, ese fue Ernesto Cordero a quien ventanearon disfrutando del Super Bowl.
A cambio, nuestros legisladores dieron ejemplo de sacrificio con el recorte de 100 pesotes de su dieta mensual como un acto de generosa austeridad; un detalle que pocos aprecian y muchos menos agradecen.
No cabe duda. Servir a la patria no tiene precio.
EL MONJE LOCO: Soñar no cuesta. Arranca la iniciativa #CandidatoTransparente, plataforma digital en la cual se demanda a nuestros futuros representantes populares el compromiso de publicar #3de3 declaraciones: la patrimonial, de intereses y la fiscal, para generar menos desconfianza. Por favor, no se ría.