
México y Canadá, realidades distintas
VER
Durante estas fiestas navideñas, se hacen más evidentes los contrastes: Mientras unos nada tienen para celebrar, otros derrochan y “se dan la gran vida”. Unos tienen vacaciones y las organizan lejos o cerca de su hogar, con gastos excesivos; muchos otros tienen que trabajar para ganar la subsistencia diaria para sí y para su familia. Muchos de nosotros, aunque en forma más moderada, también nos esforzamos por intercambiar regalos y por mejorar la cena de Navidad y Año Nuevo. La publicidad de la televisión intenta convencernos con todos sus recursos para comprar y disfrutar lo que pareciera ser fuente segura de felicidad, sin serlo en verdad.
Hay bellos signos de fraternidad y solidaridad. En muchas de nuestras comunidades y barrios, los pobres se organizan y celebran estos días en forma comunitaria y familiar. Muchos obispos visitamos los centros penitenciarios en estas fechas. El Nuncio Apostólico en México celebró una Misa con los familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa, como señal de la cercanía del Papa y de la Iglesia con ellos. Hay jóvenes que dedican unos días de sus vacaciones para ir de misiones a pequeños pueblos, para compartir y evangelizar. Es frecuente que se organicen visitas y regalos para asilos, orfanatos, albergues y para periferias existenciales.
PENSAR
Es muy ilustrativo lo que ha dicho el Papa Francisco:
“El pobre es el preferido del Señor; él está en el centro del Evangelio. No hay manera más hermosa de anunciar al mundo de hoy la alegría del Evangelio. La opción por los últimos, por aquellos a quienes la sociedad rechaza y deja de lado, es una señal que siempre podemos dar, un signo que vuelve eficaz el testimonio de Cristo muerto y resucitado”(13-XII-2014).
Esto no es ideología, ni comunismo, ni teología heterodoxa de la liberación. Dice el Papa: “El amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia. Es extraño; pero si hablo de esto, para algunos resulta que el Papa es comunista.
Los pobres quieren ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y, sobre todo, practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren. Es necesario luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales”(28-X-2014). ¡Esto es Navidad!
“¡Cuántos pobres hay todavía en el mundo! Y ¡cuánto sufrimiento afrontan estas personas! Según el ejemplo de Francisco de Asís, la Iglesia ha tratado siempre de cuidar, proteger en todos los rincones de la tierra a los que sufren por la indigencia, y creo que en muchos de vuestros países podéis constatar la generosa obra de aquellos cristianos que se esfuerzan por ayudar a los enfermos, a los huérfanos, a quienes no tienen hogar y a todos los marginados, y que, de este modo, trabajan para construir una sociedad más humana y más justa.
¡Ah, cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres! Podemos hacer mucho por el bien de los que son más pobres, de los más débiles, de los que sufren, para promover la justicia, para promover la reconciliación, para construir la paz” (16-III-2013).
ACTUAR
Disfruta estos días de Navidad como un regalo de Dios. Disfruta el amor que te manifiesta al hacerse uno de nosotros. Goza con su cercanía. Dios te ama mucho. La encarnación de Jesús es una prueba de que El quiere estar contigo. Aunque vivas en soledad, aunque nadie te quiera ni te comprenda, aunque nadie te ayude, Dios está contigo. Aunque no tengas vacaciones, ni te regalen cosas, ni tengas con quien cenar y compartir, Dios está cerca. Disfrútalo. Es la mejor Navidad.
Hagamos sentir a nuestra familia el amor de Dios. Hagamos a un lado reproches, ofensas, violencias, desconfianzas, orgullos y egoísmos. Demos cariño, ternura, perdón, comprensión, esperanza, cercanía, confianza, presencia serena.
Y urjámonos a dar señales de amor y cercanía a tantos pobres que no tienen Navidad, ni Dios ni consuelo. Abre los ojos y el corazón, y tú serás Navidad para ellos.