El empoderamiento de las mujeres rurales
es crucial para poner fin al hambre y la pobreza.
Ban Ki-moon
Secretario General de la ONU
Desde 2008, la Organización de las Naciones Unidas conmemora cada 15 de octubre el Día Internacional de la Mujer Rural como reconocimiento a la importante labor que desempeñan en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria de sus familias y la erradicación de la pobreza.
En México, 27.4 millones de personas viven en zonas rurales y de ellas, prácticamente la mitad son mujeres. Lamentablemente, día a día se enfrentan a serios problemas educativos, laborales, familiares y sociales.
La falta de oportunidades y desigualdad social, colocan a las mujeres rurales en condiciones de desventaja frente al resto de la población. Mientras que prácticamente el 92% de las mujeres que habitan en zonas urbanas saben leer y escribir, 1 de cada 5 mujeres rurales son analfabetas.
En lo laboral, las mujeres rurales participan en la producción de cultivos, el cuidado del ganado, la venta de productos en tianguis y en otras actividades comerciales; además son responsables del cuidado de los niños, los ancianos y los enfermos. Su impacto en las localidades rurales es realmente significativo, sin embargo, no tienen las mismas oportunidades y recursos que los hombres. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha destacado que, de existir igualdad de acceso a los derechos entre hombres y mujeres en zonas rurales, se podría reducir el hambre hasta en un 17% y la explotación agrícola aumentaría en un 30%.
En las zonas rurales, 2 de cada 10 alumbramientos son atendidos por parteras, lo que tiene como consecuencia que la mortalidad materna sea mayor a la que existe en las zonas urbanas.
A lo anterior se suma la discriminación de la que son objeto derivada del machismo que aun en nuestros días existe y que concibe el papel de las mujeres como secundario, pese a que las mujeres rurales, al igual que las urbanas, constituyen un importante pilar en nuestra sociedad.
Estoy convencida que solo a través de la educación podremos mejorar esta condición, de ahí que el Gobierno de la República, haya puesto en marcha la campaña nacional de alfabetización en la que la sinergia entre instituciones como el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos y el Consejo Nacional de Fomento Educativo permitirá llevar las primeras letras a localidades de alta y muy alta marginación.
El estado mexicano tiene aún una gran deuda con la mujeres rurales. Sin su empoderamiento y desarrollo será imposible frenar el hambre, el analfabetismo y la pobreza en general.
Alma Carolina Viggiano Austria