Abanico
A finales del 2013, la expectativa de crecimiento económico con las reformas era muy optimista y se convirtieron en un mecanismo de convencimiento. Pero Hacienda ha sido la primera en echar un balde de agua fría sobre las esperanzas.
De un año a otro ha variado el escenario. En los Criterios Generales de Política Económica 2014, entregados a finales del 2013, Hacienda estableció un crecimiento estimado del PIB en México con las reformas en el periodo 2015-2019 de 5.1% promedio anual.
Pero en los Criterios Generales de Política Económica 2015, entregados la semana pasada al Congreso, las estimaciones de PIB para el periodo 2015-2020 se reducen a 4.9%.
Lo de menos es que sean unas décimas. El asunto radica en la inconsistencia en las cifras oficiales: en el 2013 se preveía para el 2015 un PIB de 4.7% para el 2015, pero el marco macroeconómico más realista para el mismo año de 2015 disminuyó el PIB a 3.7%, con la circunstancia agravante de que en economía un punto del PIB implicaría alrededor de 200 mil empleos formales menos.
Las cifras oficiales exhiben un crecimiento económico bajo con poca creación de empleos. En los cuadros de los Criterios del 2015 se señala que en el ciclo de la crisis –de 2008 al 2014– la tasa promedio anual de PIB fue de 2.2%, con una creación promedio anual de 417 mil empleos en el sector formal. Sólo que cada año existe una nueva demanda de empleo formal de un millón 200 mil mexicanos que se incorporan por primera vez a la población económicamente activa.
Los cálculos del PIB le fallaron a la Secretaría de Hacienda antes de enviarlos al Congreso como parte del paquete económico sobre el desarrollo estimado para el 2015. En las últimas cifras del informe semanal, Hacienda modificó las estimaciones para 2015: en el reporte de 25-29 de agosto tenía la meta de 4.70% para el 2015 pero el de la semana siguiente 1-5 septiembre lo bajó a 3.50%, menor inclusive que la meta de 3.7% de Criterios. Ello quiere decir que en los próximos meses seguirán ajustando a la baja las estimaciones del crecimiento económico que entregaron a la Cámara.
En todo caso, al cifra previsible de 3.7% para 2015 está en el rango de las estimaciones del Banco de México de 3.8% y también más a tono con las estimaciones promedio del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Asimismo, todavía se espera que el PIB del 2014 que Hacienda ha anclado en 2.7% baje más y se coloque más cerca del 2%, con lo que disminuiría el piso de arranque para el 2015.
Los cálculos del PIB de Hacienda han fallado, pero no de ahora sino de siempre. Normalmente las autoridades económicas suben artificialmente las metas de PIB como para inducir a los agentes productivos a ser más dinámicos, aunque en el fondo se trata de la doctrina económica Miguel de la Madrid-Carlos Salinas de Gortari: el optimismo como una estrategia de desarrollo.
El PIB oficial para el 2013 se fijó en 3.5% pero fue en la realidad de 1.8%; para el 2014 se estableció la meta de 3.9% y será de 2.7% o menos; y para el 2015 se dijo en los reportes semanales que sería de 4.7% pero en las estimaciones enviadas a los legisladores mejor se colocó en 3.7% para no vender anticipadamente falsas expectativas.
En todo caso, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, va a ser acribillado en el Congreso con sus propias cifras: el impacto de las reformas sería de hasta 5.4% en el 2019 pero los datos oficiales ya bajaron dos décimas para colocarlo en 5.2%, aunque hay optimistas en el gabinete económico que consideran que sería mayor –aunque con alto costo inflacionario– porque en el auge petrolero de López Portillo 1978-1981 el PIB llegó a 9%.
El tema central en la comparecencia de Videgaray en el Congreso será la danza de las cifras como la danza de los siete velos.