J Balvin, Marshmello, Armin van Buuren y Julión, en el FIG de León
Cero alcohol. Cien por ciento alegría. Es tradición, es cultura. Uno de los barrios más populares de Tuxtla está de fiesta. Las celebraciones en el barrio de San Roque se siente por todas sus calles, la música se cuela por el primer cuadro de la ciudad, fiesta, fiesta y más fiesta.
María es la reina del lugar. La reina que representa la alegría de un barrio viejo con corazón joven. María es la reina de los sanroqueños de la tercera edad. Su colorido traje no brilla tanto como su sonrisa al hablar de un lugar donde nació, creció, se enamoró, jugó, donde vive.
-Yo soy originaria de este barrio. Aquí crecí, aquí nací y aquí estoy entrando en la etapa más maravillosa de todo ser humano, la etapa de la tercera edad. Acabo de cumplir 62 años, éste barrio desde que yo nací ha sido bullanguero, pachanguero…-
En la inauguración apenas y se escucha la voz, pero aún es fuerte como para que la música la opaque, tiene ese orgullo que alza los decibeles de sus cuerdas bucales, María Salma Acevedo Aguilar es la alegría de un barrio que sabe a tradición.
-Es algo que yo no me lo esperaba, me siento feliz, porque como decimos en el barrio: “Pisando los 62 me nombran reina de la tercera edad, pues los voy a pisar bien”-
La mujer de alma joven invita a sus amigas a contagiarse del espíritu festivo, que dejen las tristezas y los sinsabores a un lado, y por un momento, al menos del 10 al 24 de agosto, disfruten de lo que un barrio bravo, apasionado y con historia tiene para ofrecer.
-Invito a todas mis amigas sanroqueñas a que le entren a estos festejos porque somos únicos en la ciudad y no debemos perderlo. Afuera los achaques, afuera nuestras tristezas, seamos felices, el tiempo que Dios nos permita vivir-.
Y es que como sólo el barrio, lo disfruta. La cartelera artística habla de lo variado y lo tradicional que será vivir esta feria. Claro, habrá música electrónica para aquellos jóvenes que en la noche juegan el futbol llanero frente a la parroquia, habrá danzón para el alma serena, bohemia para el nostálgico, lucha libre y box porque así se disfruta en los barrios de México.
Pero las festividades no son sólo para los locales, el secreto que ha mantenido vivo a San Roques dar, dar y dar sin esperar nada a cambio, es extender la mano al amigo y desconocido es volver amigo a quien nunca habías visto, es servir un pozol al sediento o un tzispolá al hambriento.
-Nosotros somos personas muy amigables, muy solidarias, damos lo que podemos, lo que tenemos. Sin pedir nada a cambio y nuestro espíritu bullanguero, al parecer, nos hace únicos en la ciudad-.
Hay actividades que no se pueden perder, aconseja la mujer con el traje de chiapaneca y con ese porte de belleza femenina que se encuentra por estos rumbos, piel blanca y con el recuerdo de sonrisas forjadas durante 62 años en formas de arrugas. Porque si su piel se arrugó, fue de sonreír con alegría.
-Deben de venir porque todos los días tenemos gratis el pozol, la botana, para toda la gente que nos visite. Deben venir a conocer nuestra iglesia. El 17 tendremos la jícara con más grande que alcanza para toda la gente que quiera traer la jarra y llevar a su casa para tomar pozol bien frío-.
No dijo si es la más grande del mundo, del estado o del país. No dijo cuántos litros de pozol se prepararán, las mujeres nacidas en los barrios o pueblos de México, a veces no dicen la cantidad exacta, “un puñito”, “otra pizca más”, “otro uno”, esas son las medidas de aquellas que hacen de la cocina un momento mágico, no sólo por el sabor sino porque rinde para todo el que quiera.
-El 16, que es el mero día, habrá comida Tzispolá, una comida tradicional zoque. El día 15, y estamos invitando a todos los que gusten, a la cinco de la mañana nos reuniremos en la Secundaria del Estado (dentro del barrio) para salir con cuetes, música de banda para terminar con una misa a las Siete de la mañana y una tamaliza con café al final-
Y es que la feria también es religión, San Roque, también es religión. Es fe, es vivir un catolicismo ferviente donde las mujeres van y dejan sus penas o sus problemas ante sus creencias, ante lo que ellos consideran es lo mejor para salir adelante, creer en un dios o en la intervención de un santo para con su dios. “San Roquito”, de cariño o “San Bartolomé” llenan de fe el barrio bravo.
Los esperan a todos. No es difícil de llegar, a unas cuantas cuadras del zócalo capitalino en Chiapas, se pueden ver los puestos de canicas, pizzas, jocotes, nances, juegos mecánicos y la sonrisa de un barrio que se supo mantener pese al paso de los años.
-Nos ha mantenido nuestra unidad como barrio, el respeto que nos tenemos todos como ciudadanos para dar y compartir, amor, cariño, amistad, fraternidad y lo que tengamos para comer o tomar, somos muy alegres-
La plaza principal luce llena, las luces multicolores se reflejan en los rostros de quienes se dieron cita para presenciar la inauguración este domingo 10 de agosto, ancianos, hombres, mujeres, jóvenes, niños, todos, preservando una tradición local.
-Eso queremos hacer, que las nuevas generaciones no pierdan esta tradición. Si nosotros unidos les inculcamos a los niños el respeto a nuestras tradiciones, el mantenerlas, el sentirnos orgullosos de tener cultura y tradición, porque no somos un pueblo huérfano, porque tenemos mucha cultura y tradición, esta fiesta y esta alegría durará muchos, muchísimos años más-
A la reina no se le interrumpe más, debe disfrutar de su fiesta, de atender a sus invitados que son todos y ninguno en especial, porque así es San Roque, un barrio donde caben todos, donde a todos se les espera para tomar el pozol y la botana gratis.