Francia vence a Italia y es líder de grupo en la Nations League
Deacuerdo con la informacion retomada del periodico El Universal, el Canelo, volvió a ganar, sí, pero despertó nuevamente las dudas sobre la calidad de sus rivales por la excesiva cautela de su rival en turno, en un combate que finalmente fue disputado a 155 libras pactadas en lugar del límite de la división superwelter de 154.
«Respeto la decisión de la gente pero yo no tengo la culpa. Estoy aquí para pelear», apuntó Álvarez al término del combate al opinar sobre la molestia del público que consideró muy temprana la detención de la batalla por parte del tercero sobre el enlonado.
El Canelo esta vez sí tuvo un rival para conectar. Le lanzó jabs a placer ante un Angulo que estuvo falto de fiereza como se le había visto en sus últimos combates. Su boxeo era de sobrada reserva.
Álvarez siguió con su propio plan de trabajo de castigar arriba y abajo. Poco tuvo que hacer a la defensiva pues, Angulo, tuvo pocas intenciones de atacar.
Fue hasta el cuarto asalto cuando El Perro sacó un poco de su nivel con el que sorprendió al cubano Erislandy Lara, en su pelea más reciente, pero sólo fue un destello efímero sobre el ring del Grand Garden Arena.
Pese a contar con la cara lastimada, Angulo se atrevió a encarar al ex monarca mundial para que lo castigara más. Un semblante que no reflejaba lo mostrado sobre el ring, pues su ojo izquierdo ya mostraba una inflamación considerable tras el término de la primera mitad de la batalla.
Álvarez tomó el séptimo asalto como un tiempo de descanso. Se dio el lujo de bajar la guarda, caminar de reversa y tomar el oxígeno necesario sin correr riesgos.
Un episodio después, el tapatío retó al de Mexicali. Lo increpó y le exigió más golpes. Y es que El Perro, al no ser el aguerrido de siempre, recibió también varios reproches de la gente presente. El Canelo se planteó a sobrellevar el resto del combate que siempre estuvo a su favor de campana a campana.
Así llegó un upper de izquierda de Saúl Álvarez que terminó por inflamar la ceja derecha de Angulo, lo que provocó que el réferi Tony Weeks detuviera el combate en el round 10, ante un fúrico Angulo.
El tapatío tuvo un tímido festejo pues tampoco quedó tan satisfecho de lo que su rival le propuso en su esperado regreso.