Dictan prisión con fines de extradición a Zhi Dong
TAPACHULA, Chis., a 09 de abril.- Policías Ministeriales y de la Estatal Fronteriza de Chiapas torturaron, abusaron sexualmente y acusaron falsamente de pertenecer a una banda de asaltante a un migrante hondureño radicado de manera legal desde hace más de 20 años en esta localidad.
En conferencia de prensa, el hondureño de 34 años de edad, que pidió el anonimato por temor a represalias, narró que el 1 de agosto del 2012 fue levantado por un grupo aproximado de nueve policías que vestían de civil y se cubrían el rostro con pasamontañas, cuando se encontraba en compañía de unos amigos en un terreno propiedad de una de sus hijas.
Abundó que amenazado con una pistola fue subido a una, de dos unidades sin placas de circulación -auto pequeño de color azul marino con dos franjas de color gris en la parte delantera y una camioneta blanca-, donde le taparon la cara con su misma camisa.
Refirió que los policías lo acusaban de dedicarse al asalto y que había un vídeo donde aparecía con una pistola robando.
Me decían con insultos que yo hablara, que les dijera donde vivía Chary, relata el hondureño, quien ha trabajado como vocalista de varios grupos musicales locales.
Indicó que luego de varias vueltas por la ciudad, fue trasladado a las instalaciones que ocupa la Policía Sectorial del Estado, donde fue torturado de manera brutal y abusado sexualmente, según consta en la averiguación previa 141/FEDCCI-CJT1/2012, interpuesta ante la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos en Contra de Inmigrantes, en contra del comandante David Ruiz y quienes resulten responsables de los delitos de abuso de autoridad, violación y lo que resulte.
Con tal que no me siguieran torturando, decidí llevarlos a casa de mi mamá, donde con insultos y violencia física entraron al domicilio, pero no encontraron nada, pero esto enfureció más a los policías, relata temeroso el hombre, quien padece una discapacidad en su mano izquierda.
Me llevaron a un lugar de aguas negras, me amarraron a unas tablas y sumergían mi cabeza. A pesar que les decía que era inocente y que no sabía de qué me acusaban, lo único que recibía era burlas y más agresiones físicas y verbales de parte de los policías,
Señaló que como los policías le dijeran que entregara el arma, los llevó a su domicilio donde tenía un rifle calibre 22 que utilizaba para cazar, que iba a canjear con los militares para una computadora para su hijo.
Luego de tres días y negarse a pagar 50 mil pesos, el hondureño fue puesto a disposición del Ministerio Público Federal por el delito de posesión de arma de fuego y recluido al Centro de Reinserción Social del Estado número tres, pero el Juez le fijó una fianza de 10 mil pesos y tras pagarla fue ordenada su libertad.
Sin embargo, cuando se disponía a abandonar la cárcel, le fue notificada otra orden de aprehensión donde Norma Verónica N. lo acusaba del delito de robo con violencia, sin embargo dicha persona nunca acudió al careo.
Por este delito, el Juez de la Causa le dio una sentencia de dos años con nueve meses de cárcel con derecho a una fianza de 16 mil pesos, que tras pagarla el día 19 de septiembre fue puesto a disposición del Instituto Nacional de Migración (INM), quien lo liberó tras comprobar que radicaba de manera legal en el país.
A ocho meses de haber sido torturado, abusado sexualmente y acusado falsamente del delito de robo, la pesadilla que vivió no termina, ya que los policías han amenazado con matar a sus hijos si continúa con la demanda y la queja ante organismos defensores de derechos humanos.
He tenido que cambiarme varias veces de domicilio, no salgo a la calle, mis hijos sufren un trauma severo ya que tienen miedo que en cualquier momento los policías cumplan la amenaza, señala.
El hondureño pidió a las autoridades que se haga justicia y se castigue a los policías.
Desde que llegué nunca tuve problemas con nadie, trabajo de manera honrada sin hacerle daño a nadie, solo quiero vivir en paz con mi familia, pidió el migrante centroamericano.