Senado incluyó a Piedra en terna para CNDH y elegirá al mejor: Sheinbaum
MEXICO, DF.- Una frase imprudente permitió la detención de los fallidos criminales de los hermanos Monreal, el senador David y el diputado federal Ricardo.
Se escuchó a través del teléfono el martes:
-Voy a México dijo el sicario.
-¿A qué vas? preguntó el interlocutor, curioso.
-Tengo un contrato. Voy a matar unos perros dijo el inminente viajero.
El lenguaje confirmó los temores: perro en el lenguaje de Los Zetas es quien va a ser asesinado.
Llevan dos semanas intervenidos.
Otras intervenciones fueron más específicas:
-El senador D.
-El diputado R.
Los investigadores del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) comunicaron sus datos a la Procuraduría General de la República (PGR), donde con sigilo el titular Jesús Murillo Karam tuvo otros datos: quiénes eran, cuándo viajaron al Distrito Federal, dónde se hospedaban.
LOS CRIMENES SERIAN EL MIERCOLES PERO
El martes los dos sicarios viajaron a la ciudad de México.
Uno, al parecer, venía como conductor y guía.
Había servido 15 años a un empresario chilero y éste tiene cuentas pendientes con Ricardo Monreal y David Monreal desde que un hermano suyo, ex alcalde temporal de Fresnillo, Zacatecas, había desaparecido.
Eso fue en 2011.
Salió de Zacatecas rumbo a Mazatlán, Sinaloa, por un hermano suyo internado en Oceánico para desintoxicarse.
Salió a las dos de la mañana y debía estar a las once en Mazatlán.
Lo último que se supo de él fue un mensaje de madrugada:
-Voy entrando a Durango.
No se ha vuelto a saber de Juan Carlos Guardado ni de su chofer, pero sus hermanos, en especial Arturo, doctor de profesión y uno de los principales cultivadores y comercializadores de chile en Zacatecas, `pidieron apoyo a Ricardo Monreal.
Este acudió sin éxito al secretario de Seguridad Pública, General García Luna, y con la procuradora Marisela Morales.
Algo pasó entre ellos porque, de ser amigos, se distanciaron.
Se odiaron.
Dicen que así surgió el intento del doble crimen.
Este iba a ser el miércoles, pero dos asuntos de suerte salvaron a los legisladores: David salió del Senado acompañado de otro senador del Partido del Trabajo (PT) y Ricardo fue a la Cámara de Diputados pero no ingresó a su oficina, donde era vigilado para seguirlo y matarlo.
Las llamadas hablan de enojo de encomendero:
-¿Qué pasó con mi encargo? ¿Qué no tienen huevos o necesito contratar a otros?
Era el miércoles por la noche y el autor intelectual estaba furioso.
LAS DETENCIONES SIN NOMBRE
La Procuraduría se ha abstenido de dar datos de los presuntos sicarios detenidos en el hotel Prim, a una cuadra del Senado de la República.
Para esa hora, miércoles por la noche, estaban plenamente ubicados.
A las dos de la mañana llegaron los agentes ministeriales y tocaron varias puertas:
-Nos despertaron.
-¿Quién? pregunté.
-Servicio de lavandería me contestaron.
Narra la testigo:
-Puras mentiras. No sabían en qué cuartos estaban. Hicieron mucho ruido, como si el elevador estuviera descompuesto y mucha gente quisiera componerlo.
La información se dio al comenzar la tarde del jueves.
Por la noche había dudas: ¿fueron cuatro los detenidos en el hotel o en total?
Al parecer son cuatro en total, uno de los cuales sería el empresario chilero Arturo Guardado.
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¿Cómo dieron con él?
Su empleado de 15 años guía y chofer del pistolero-, lo clavó:
-La orden me la dio mi patrón