Abandonan cuerpo desmembrado en Mexicaltzingo
Gabriela Coutiño
San Cristóbal de las Casas, Chis. 3 Abril.- Desde el penal de San Cristóbal de las Casas donde se encuentra, el profesor tzotzil Alberto Patishtán Gómez, muestra con una sonrisa que confía que podría ser absuelto de la condena de 60 años que le fue impuesta por su autoría intelectual en la emboscada a seis policías, ocurrida en el año 2000 en su localidad de origen El Bosque.
Patishtán reinició este lunes, la segunda etapa de un ayuno de 12 días por 12 horas diarias para demandar su libertad, ahora que su caso se encuentra en el Primer Tribunal Colegiado de Tuxtla Gutiérrez sobre su petición de reconocimiento de inocencia.
Y por lo que organizaciones no gubernamentales de derechos humanos locales, nacionales, movimientos civiles de países como Francia, España, Alemania, entre otros, mantienen una campaña de solidaridad por considerar su caso emblemático por los obstáculos que afrontan los indígenas de bajos recursos para defenderse de la justicia mexicana.
Sentado en una sala del penal, el profesor Patishtán dice que él sigue creyendo, aunque señala que pueden pasar muchas cosas, pero yo digo que sí, sí podemos tener una respuesta favorable.
Alberto Patishtán, ha estado preso desde hace casi 13 años, en tres cárceles del estado de Chiapas, y hasta residió con narcotraficantes en el penal de máxima seguridad de Guasave Sinaloa, donde el gobierno de Juan Sabines lo envió por nueve meses. Al ganar un amparo que interpuso su defensa y las protestas de Ongs, fue regresado en julio del año pasado al penal de San Cristóbal de las Casas.
En entrevista, el profesor que a lo largo de 13 años ha organizado colectivos de presos indígenas chiapanecos injustamente privados de su libertad con procesos irregulares, y donde centenares han alcanzado su libertad, menos él, señala que si la justicia se viera como es, las cárceles quedarían a la mitad.
En su encierro el indígena tzotzil que no habla de modo fluido el español, ha pasado de todo. Ha realizado ocho huelgas de hambre, sufrió problemas de salud que lo han llevado a perder parcialmente la vista por un tumor cerebral, su esposa se cansó y dejó de visitarlo, mientras que su madre por enfermedad y por falta de recursos no la ha visto durante 13 años.
Patishtán pide a los magistrados que resolverán su caso que miren con el corazón la justicia; cuánta gente, y no solamente hablo de mí, están sentenciados injustamente porque hubo alguien a quien le caía mal, la justicia, debe ser más allá, se debe investigar.
El indígena tzotzil pide también a las organizaciones que lo apoyan, si sale o no libre hay que seguir adelante porque motivos para seguir hablando de la justicia nos ha sobrar.