EPISTOLARIO/Armando Rojas Arévalo

Epistolario

Miseria y la opulencia

Armando Rojas Arévalo

ROXI: El Presidente PEÑA NIETO pondrá en marcha hoy, en Las Margaritas, la Cruzada Nacional contra el Hambre. Como recordarás, Las Margaritas fue de las localidades ocupadas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994, por lo que ese acto bien podría ser catalogado como una reivindicación a los postulados zapatistas.
La Cruzada será en los 400 municipios de alta y muy alta marginalidad en todo el país, que registran los más altos índices de marginación social, pobreza y desarrollo humano. De acuerdo con el Presupuesto de Egresos, la Sedesol, dependencia que tendrá a cargo el programa ejercerá 6 mil 631 millones de pesos a través del Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias.
La pobreza va de la mano con el desempleo, la marginación social, la falta de productividad en el campo y el hambre. En México, según el CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social), en México hay 52 millones de pobres. En el 2000 había 24.1 millones de personas en condición de pobreza alimentaria; en el 2002, 20.0 millones; en el 2004, 17.4 millones; en el 2006, 13.8 millones, pero en el 2008 eran 18.2 millones. El número de personas en situación de pobreza de 48.8 millones subió a 52 millones entre 2008 y 2010, lo que significa que el 46.2% de la población se encuentra en esa situación, contra el 44.5% de 2008.
En México, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) considera que 54 por ciento de los mexicanos viven en pobreza patrimonial -menos de 4 dólares diarios- mientras que el 32 por ciento lo hace con menos de 2.5 dólares, y 24 por ciento con menos de 2. Los Estados de mayor pobreza son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Durango.
El Coneval señala que en agosto de 2010 el valor de la línea de bienestar fue de 2 mil 114 pesos mensuales por persona en las áreas urbanas y de 1 mil 329 pesos en las rurales. Los valores correspondientes de la línea de bienestar mínimo fueron $978 pesos y $684 pesos, respectivamente.
A nivel nacional, el porcentaje de población que dispone de ingresos inferiores de la línea de bienestar aumentó de 49.0% a 52.0% entre 2008 y 2010, mientras que el porcentaje con un ingreso menor a la línea de bienestar mínimo pasó de 16.7% a 19.4%. Estos cambios se dieron en el contexto de una crisis económica mundial que afectó el desempeño económico del país.
Del 2006 al 2008, por primera vez en los últimos 10 años, el número de las personas en pobreza alimentaria, el equivalente a la pobreza extrema del Banco Mundial (BM), creció y pasó de 13.8 a 18.2% de la población del país. Lo ganado en el combate contra la pobreza, cuyos índices bajaron de entre el 2004 y el 2006, se vino a tierra en los años posteriores.
De acuerdo con el Informe de Acceso a la Alimentación 2011 del Coneval, en México casi 25 por ciento de los más de 112 millones de mexicanos registra carencias de acceso a la alimentación y, de seguir esta tendencia, para este año cerca de 30 millones necesitarán apoyos alimentarios. En el registro de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, se dice que 70 de cada 100 hogares en nuestro país manifiesta algún grado de inseguridad alimentaria.
Chiapas, contra lo que dijo el anterior régimen (SABINES), en el sentido de que se había abatido la pobreza, tiene un rezago social, cultural y económico de por lo menos 50 años, y pareciera que prácticamente. La pobreza en que vive su población no es congruente con los estándares de un país que es miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), consideran economistas.
Aproximadamente el 50 por ciento de la tierra productiva en Chiapas está en completo abandono, en virtud de que los campesinos han emigrado en los últimos tres años a otras entidades federativas y a los Estados Unidos, debido a la crisis económica, por la cancelación de apoyos y subsidios, el desempleo, la falta de programas emergentes, el incremento en los precios de la canasta básica, el desplome de los productos agrícolas y el aumento en los intereses de la financiera rural.
EL PROBLEMA DE LA POBREZA ES lacerante y podría, alimentado por la corrupción, desencadenar un estallido social. La distribución de la riqueza en México dista de ser homogénea. Por un lado, tenemos a 11 de los hombres más ricos del mundo, por otro, 52 millones de personas en pobreza.
La revista Forbes ubica a 11 mexicanos en el ranking de la publicación atesorando una fortuna cercana a 112 mil 300 millones de dólares en el 2011, alrededor de 10% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
No obstante que en el último año CARLOS SLIM perdió 5 mil millones de dólares, se posicionó –por tercer año consecutivo- como el hombre más rico del orbe, con una fortuna valuada en 69 mil millones de dólares.
Otros mexicanos que enumera Forbes son: El presidente y director general de Grupo Salinas, RICARDO SALINAS PLIEGO, con una fortuna de 17 mil 400 millones de dólares aparece como el segundo mexicano más poderoso y el 37 a nivel mundial. Las empresas que le han dado tal potencial económico se encuentran TV Azteca, Grupo Elektra, Banco Azteca y Grupo Iusacell.
ALBERTO BAILLERES, con una riqueza cercana a 16 mil 500 millones de dólares; el presidente de Grupo Bal está considerado como el tercer hombre más influyente en la nación. Entre sus firmas están: Minera Peñoles, El Palacio de Hierro, Fresnillo y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), entre otras.
GERMÁN LARREA, presidente de uno de los mayores productores de cobre en el mundo: Grupo México. Igualmente, el cofundador de la cadena de supermercados Aurrerá, JERÓNIMO ARANGO; el presidente del Consejo de Administración de Grupo Televisa, EMILIO AZCÁRRAGA; los empresarios CARLOS HANK RHON y ALFREDO HARP HELÚ, y el presidente del Consejo de Administración de Banamex, ROBERTO HERNÁNDEZ. Forbes apunta también a JOAQUÍN “El Chapo” GUZMÁN.
No es malo, e incluso puede ser motivo de orgullo, el que empresarios mexicanos estén dentro de los hombres más influyentes de todo el mundo. Empero, ello refleja una vez más el país de contrastes en que vivimos, donde la desigualdad es –precisamente- una de las constantes.
NADA MÁS HAY QUE TOMAR EN CUENTA que, en 1 mil 003 de los 2 mil 400 municipios de la República Mexicana, 75 por ciento o más de su población vive en condición de pobreza.
CON DECIRTE QUE en México, entre 2001 y 2010, casi 50 mil mexicanos fallecieron por la violencia, pero hay una realidad que arrancó más vidas en el mismo lapso: la desnutrición, ya que 85 mil 343 mexicanos murieron por esta causa en el mismo periodo, de acuerdo con datos del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De ese tamaño es el problema.
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