Itinerario político
BEJALTIK
F. Darinel
…
y canta y juega el viento en el camino
y en el cauce el arroyo cristalino
y en el rubio trigal las amapolas
Marcos R. Blanco Belmonte
(Fragmento; poema: El violín de Yanko)
TIEMPO CONTADO
LOS CAMINOS DE HOY
Política sin sentimientos
50 años; aproximadamente, antes de nuestra era, el gran militar y político Julio César finalmente vencía al gran líder galo Vercingétorix y como máxima presea lo trasladaba desde los territorios galos hasta Roma, en donde lo encarceló y confinó en un inmundo calabozo, donde físicamente lo diezma, para que meses después, cuando César se reafirma como dictador; que era una figura jurídica aceptada dentro del viejo derecho romano, a Vercingétorix, en la entrada triunfal que él mismo se prepara, desnudo y sobre un carro al que iba sujeto el viejo líder galo por el cuello en una horca, como trofeo humano es exhibido y ejecutado públicamente al final de la entrada triunfal, y así; César, se erigía como el máximo mandatario de la república.
Planeaba
En tanto esto sucedía, su antiguo amigo Pompeyo, había huido de la vieja capital del mundo de hace dos mil años, porque había intrigado con sus amigos del senado, con los que no pudo evitar el ascenso de Julio César, y lejos con nuevas legiones, en una arriesgada maniobra intentaría; no solo quitarle el poder adquirido a Julio César, sino derrotarlo totalmente, tratando por un lado de que sus poderes plenipotenciarios de cónsul romano y como dictador se vieran afectados, así como evitar el encumbramiento político de éste, que ya en la distancia del exilio, avizoraba inminente.
El riesgo
Esos eran los dos hombres que consentían y concebían a Roma como una sola cosa, como una sola entidad de poder político y como un solo valor indivisible, pero hasta ese momento no definido también ¿cómo se gobernaría?, pues por un lado estaba el soldado y Patricio Julio César y por otro el plebeyo y militar venido a más, también cónsul romano, el gran general Pompeyo.
Cicatrizando
Así, Julio César se decide a iniciar una guerra civil con el riesgo de fracturar y dividir aquel gran imperio, solo que hábilmente antes destroza políticamente a sus enemigos, y luego los pasa por el filo de su espada; inclusive a Pompeyo. Tiempo después realiza; lo que era su deber hacer, reunificar a sus pocos y vencidos enemigos; a la República y a ese vasto imperio de poder. Solo que el disfrutar por mucho tiempo de ese nuevo imperio, ya no correspondió a el patricio Julio César, quien pecó en algo de lo que había sido cuidadoso, confió demasiado, y en alguien a quien él amaba como Bruto, quien lo traiciona y asesina finalmente, así que el honor de gobernar dictatorialmente a esa nueva república, recayó en su sobrino César Octavio, el primer nuevo emperador; del nuevo imperio romano y a la vez república, la mejor invención política que hasta la fecha se ha visto.
La lección
Esa es la enseñanza continua de la historia: mantener la unidad para no perecer; aun y a costa de la sangre, tristemente, porque en ocasiones acabar con tus enemigos para intentar disfrutar de todo el poder, o quitarlos sin astucia, es un camino que tiene sus grandes riesgos, más si detrás de todo ello todavía no hay un orden y establecimiento del poder con firmes bases, porque después de todo; muchas veces, finalmente ese triunfo y ese establecimiento no lo disfrutan sus conquistadores, numerosas veces por causas de muchos de los que los rodean, y también por los que vienen detrás. Pero a la par de todo esto está también no confiarse, porque eso también puede ser causa de una derrota sorda, después de un triunfo público.
Factores
Por ello, y para los nuevos alcaldes que recién iniciaron; ya formalmente esta semana, su mandato, la lección no se debe olvidar, porque la unidad, la estrategia y el cuidado, no solo son hombres, también son cosas urgentes por atender y que puedan ser factor de capitulación, aun estando al frente del poder. Por decir en Comitán existe un problema, que pudiera ser causa de vencimiento después del triunfo, y ese es la atención total del problema del agua, en donde un primera pieza de esta dificultad, que no es la deuda, el abasto y distribución del agua, sino para empezar el sindicato, que más que una solución de trabajo ha significado ser un lastre, y aquí; sinceramente, es importante apuntar que no todos los trabajadores de este gremio son problema, porque en sí el problema, todavía más básico que eso, significa Coapam en si mismo, que como organismo descentralizado es, en su todo el primer gran problema de siempre.
Tumor
Pero volviendo a esa incomodidad laboral, comentaba, que es importante apuntar que no todos los trabajadores del Sindicato y de confianza son una retahíla de haraganes, el mismo sindicato tiene sus honrosas y valiosas excepciones, tanto como dentro los trabajadores de confianza. Pero eso sí, la gran mayoría de los trabajadores sindicalizados son; como dijera mi agüelita: son haraganes, bravos y exigentes. Vean Ustedes; amables lectores, si no le sale caro al municipio sostener a este panal de zánganos, pues no aceptan consulta médica en instituciones públicas, tiene que ser con un médico particular; los medicamentos prescritos tienen que ser de patente, qué Dr. Simi, ni qué Primer Nivel, ellos como son de primer nivel; pero de haraganería insisto no todos- exigen todo lo mejor, así como exigen también que el día que les toca consulta médica pasen también a revisión con el galeno su esposa, sus hijos, sus parientes y si se puede el chucho y su segundo frente. Si esto no es suficiente para pensar que nos salen caritos, me pregunto yo como será entonces que saldrán baratitos.
¿Qué hacer?
Ante tales problemas intestinos laborales que tiene este organismo descentralizado, desde hace mucho, que solo en el papel así es reconocido, como descentralizado, y aunado a ello los problemas de la deuda, el abasto y distribución del agua, que no han tenido solución, vale la pena plantear la interrogante de si ¿es funcional y sano que siga siendo reconocido como tal?, o más bien que ¿siga existiendo como organismo descentralizado?, al que considero, esta vez sí puede ser un factor de gran quiebre y de gran riesgo. La respuesta a esta interrogante tiene dos caminos, por un lado el tiempo y por el otro una posible y audaz solución de raíz.
Es cuanto.