Teléfono rojo
JOSE UREÑA
· Crónica del rompimiento del Peje con el PRD
· El acoso constante de líderes de la izquierda
· Y retiro de apoyos de Los Chuchos y Mancera
El rompimiento definitivo comenzó a fraguarse el mismo domingo de las elecciones.
Ese 1 de julio por la noche, informamos aquí el martes 3, acudieron varios personajes para comunicar a Andrés López su decisión de no aguantar rebeliones y conflictos como en 2006, cuando mandó ¡al diablo las instituciones!.
Eran personas con peso político y moral indiscutible: Cuauhtémoc Cárdenas, Lázaro Cárdenas, Marcelo Ebrard, Manuel Camacho, Ricardo Monreal y alguno más.
La ciudadanía mexicana, le dijeron en síntesis, había dado una segunda oportunidad a la izquierda y no debía tirarse por ambiciones o caprichos personales porque entonces vendría el rompimiento con la población.
Varios asistentes a aquella reunión en las oficinas del Peje en la colonia Roma califican el momento de tenso porque López no aceptaba su segunda derrota presidencial, cuarta en su vida si se incluyen las de 1988 y 1994 en Tabasco ante los priístas , Salvador Neme y Roberto Madrazo.
A regañadientes, al final convino en no llamar a la movilización de las bases para protestar, aunque sorprendió con su discurso y aquella frase amenazante de esto no está terminado, desconocimiento absoluto del resultado electoral.
Pese a todo, las conciencias de izquierda básicamente perredistas- no cejaron en su empeño de meter un poco de razón a López.
PARTICIPACION CLAVE DE LOS CHUCHOS Y CARDENAS
Aquella primicia tuvo seguimiento puntual en este espacio, donde se adelantó el inminente quiebre.
Se narró cómo Andrés López fue abandonado por sus antes incondicionales.
Iniciaron Graco Ramírez y Arturo Núñez, dos gobernadores electos por méritos propios y enemigos de generar más conflictos post electorales.
La misma actitud asumieron Angel Aguirre y Miguel Mancera, el primero como gobernador en funciones y el segundo electo al GDF.
Todos aprovechaban su interlocución con El Peje para pedirle prudencia y no desperdiciar el avance de la izquierda con nuevos gobiernos en Tabasco y Morelos.
La clave, dijimos, eran los Cárdenas, Cuauhtémoc y Lázaro, y Los Chuchos.
Los primeros por ser las voces más sensatas del PRD y los segundos porque con Jesús Ortega y Jesús Zambrano dominan toda la estructura perredistas, desde el Comité Ejecutivo Nacional hasta el Consejo Nacional y las dirigencias estatales.
La semana pasada fue de fricciones.
López ocultaba sus intenciones y pulsaba el ánimo entre sus bases, mientras los demás dirigentes de izquierda presionaban para evitar nuevas locuras.
NI PARTICIPACION DE MANCERA NI DINERO DEL PRD
La disyuntiva estaba planteada desde el viernes pasado.
Ninguna acción de protesta sería respaldada ni por sus incondicionales del PT y el MC, manejados unipersonalmente por Alberto Anaya y Dante Delgado.
Los Chuchos jugaron su resto para deshacerse del caudillo.
Primero el presidente amarillo Jesús Zambrano salió a prometer respeto a López y a Morena, a la cual pretende convertir en su propia fuerza electoral.
En el extremo de la necesidad, Jesús Ortega salió a pedir la salida del tabasqueño para terminar con la esquizofrenia política imperante en el PRD.
Esquizofrenia vigente desde hace mucho tiempo y cuyo momento de mayor tensión vivió entre fines de 2010 y principios de 2011 con la postulación de candidato a gobernador en el estado de México.
Los Chuchos querían continuar su amasiato con el partido de Felipe Calderón y Gustavo Madero y hasta hicieron una encuesta inútil porque luego López lo deshizo con su sola voluntad para convertir en abanderado a su incondicional Alejandro Encinas.
Ortega lanzó el reto definitivo de manera pública mientras en privado Miguel Mancera se negaba a aportar recursos y el Distrito Federal para protestas y desmanes.
Y sin fondos como 2006 ni respaldo político, ningún movimiento es durable.
El Peje iría sólo con unos cuantos leales.
Poco para su megalomanía.
PLENARIA DE PEÑA CON LOS 52 SENADORES PRIISTAS
Enrique Peña Nieto ha programado una reunión para dar seguimiento a las demandas ciudadanas en campaña.
La celebrará con los 52 senadores del PRI y su coordinador Emilio Gamboa a fin de darles forma legislativa.