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BOCA DEL CIELO, Chis., a 12 de agosto.- Eran las 10:00 de la mañana del pasado lunes cuando cinco lanchas con tres tripulantes cada una, zarpó del embarcadero para internarse a unos 150 kilómetros mar adentro a la captura de tiburón, los efectos del entonces Huracán Ernesto todavía no se dejaban sentir en el litoral chiapaneco.
En la embarcación W25 Selene II viajaban como capitán Armando Ramos Ventura, de 38 años de edad, padre de dos niñas de 13 y cinco años; Juan Roberto Bosh Ulloa, de 25 años, padre de una niña de cinco meses de nacida, y Tomás Antonio Ramos Cifuentes, de 20 años de edad.
Luego de una veda de mes y medio que por primera vez implementó el gobierno de México para la captura de rayas y tiburón, ello para proteger a las hembras preñadas, neonatos y juveniles de esta última especie, los pescadores de esta comunidad ubicada a unos 38 kilómetros de la cabecera municipal de Tonalá, reiniciaban las actividades de pesca.
Tras 10:00 horas de navegación y realizar la captura de escualo a 150 kilómetros mar adentro, los pescadores empezaron a ser embestidos por fuertes vientos y oleajes provocados por el fenómeno meteorológico.
Se está poniendo feo el mar, avisaba el capitán del Selene II Armando Ramos vía radio a la base de la cooperativa pesquera San Marcos, quienes dieron la orden para que dejaran todo y regresaran a tierra.
Vamos a esperar a que se controle, fue la última respuesta que dio el capitán y posteriormente se perdió la comunicación a las 20:00 horas del pasado lunes.
Según el relato del sobreviviente Tomás Ramos Cifuentes, una ola cayó dentro de la embarcación y la llenó de agua, para evitar que se hundiera totalmente y se mantuviera estable fue aboyada.
Todos nos aferramos a la lancha, pero Juan Roberto me decía que nunca nos iban a encontrar en esta inmensidad del mar y con el mal tiempo. A los dos días de soportar las inclemencias del tiempo frio, lluvia y los golpes de las olas- se soltó, ya no lo vi, relató a Esteban Ramírez, uno de los que participaron en su rescate vía marítima.
Para la madrugada del día viernes, cuatro días de encontrarse a la deriva, el capitán de Selena II, Armando Ramos Ventura se soltó de la lancha y su cuerpo fue arrastrado por las corrientes marítimas.
Tomás, el menor de los pescadores, abundó que el día martes escuchó el ruido de la avioneta de Protección Civil del estado, sin embargo no fueron vistos debido a la bruma que había en el mar.
El joven era la primera vez que realizaba actividades de pesca de escualo y el dinero que ganara lo utilizaría para casarse.
La embarcación tiburonera fue avistada desde el medio día del viernes por tripulantes de la avioneta y pescadores de esta localidad, quienes dieron las coordenadas para que el rescate se realizara vía marítima debido a que no se contaba con personal especializado para realizarlo vía aérea.
A las 16:00 horas del viernes, el gobernador de Chiapas Juan Sabines Guerrero daba a conocer en su cuenta de twitter que los tres pescadores de Tonalá reportados como desaparecidos, ya fueron localizados con vida a 57 kilómetros de la costa.
Felicidades a los capitanes Gustavo Toledano y Victórico Alvarado de Servicios Aéreos de Gobierno del Edo. Por localizar a los pescadores, se leía en su cuenta.
La buena noticia se corrió por toda esta comunidad que vive de la pesca del tiburón y especies de escamas, así como de los pocos turistas que visitan esta zona costeña rodeada de manglares, por lo que más de un millar de personas se concentraron en el muelle para recibir a los náufragos.
Mientras tanto dos ambulancias y un helicóptero de Protección Civil de Chiapas esperaban a que arribaran los rescatados para ser trasladados de emergencia al hospital regional de Tonalá.
Fue hasta las 20:00 horas, que bajo una fuerte lluvia cuando arribó la embarcación con uno de los sobrevivientes, lo que desató una crisis colectiva ya que los familiares se enteraron que dos de los pescadores posiblemente fallecieron en altamar.
Entre llantos, hombres y mujeres, dijeron que debido a la falta de empleos sus hijos y esposos tienen que arriesgar la vida en la captura de tiburón.
A los 12 años los jóvenes tienen que dejar sus estudios y dedicarse a la pesca y las mujeres a casarse, señalan.
El único sobreviviente recibe atención médica en el hospital de Tonalá y se salud se reporta estable, ya que solo presentaba algunas quemaduras y deshidratación.
Mientras tanto, la avioneta no pudo salir a realizar la búsqueda de los cuerpos de los dos pescadores debido a las malas condiciones climatológicas.