TELEFONO ROJO/José Ureña

TELEFONO ROJO

· Yarrington: No tengo ni un dólar ni propiedades en EU

· El ex gobernador en las elecciones de ambas naciones

· Visitas frecuentes de Bush a su rancho y hoy lo asesora

El escándalo sobre Tomás Yarrington sorprendió sólo a los desinformados.

A los lectores de este espacio no.

El 23 de abril publicamos:

“EU cierra el cerco sobre un ex gobernador priísta”, y destacamos cómo Barack Obama pretendía hacer campaña a costa del mayor decomiso de bienes en la historia a un político.

Por ello agregamos:

-Obama intenta ayudarse y de paso ayudar al PAN.

El 3 de mayo, bajo el título Estados Unidos vigilaba a Yarrington… ¡y se fugó!, abundamos:

Religiosos como sus fundadores, los panistas le rezan a san Barack Obama.

“Esperan de él una actuación enérgica y electoralmente eficaz.

“Exactamente cuanto no han podido hacer ellos desde el poder y menos desde el partido para reposicionarse como primera fuerza y para instalar en la contienda a su abanderada Josefina Vázquez…”.

Dimos muchos pormenores de cómo se integraba la averiguación en contra del ex gobernador de Tamaulipas y sobre todo la coordinación entre agencias estadunidenses (DEA, FBI y otras) con la PGR)y la temible Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).

El escándalo explotó el martes con un cable de AP fechado en Texas.

DECLARACIONES TEMERARIAS DE JOSEFINA Y MONREAL

Como adelantamos, de inmediato se colgaron partidos y candidatos.

La más temeraria fue la candidata presidencial panista, Josefina Vázquez, quien de plano llamó a Tomás Yarrington “parte de la delincuencia organizada” dedicada al lavado.

Lo mismo hizo el petista Ricardo Monreal, coordinador de la campaña de Andrés López, y sorprende en él porque ha sido víctima de los mismo.

A fines de 1997, cuando se acercaba la sucesión en Zacatecas, el gobernador Arturo Romo se dedicó a recorrer oficinas de gobierno para entregar un expediente de supuestos nexos de Monreal con el narcotráfico y hacer una petición:

-Cualquiera, menos Monreal.

En el colmo de la guerra, el dirigente priísta Mariano Palacios fue a tomar la protesta a José Olvera y, con el expediente fabricado por Romo en el automóvil, relacionó a la familia de Monreal con el narcotráfico.

Verdad a medias: un hermano y su suegro fueron procesados por ello, pero a Monreal no se le encontraron ligas con el crimen.

En buena hora para él lo convenció Andrés López de abandonar el PRI y se incorporó al PRD, donde ha hecho campaña desde primerísimas posiciones.

Aun así, lanza la idea temeraria:

-Que se investigue si el dinero recibido por Yarrington del crimen está metido en la campaña de Enrique Peña.

Pero esta columna no es para defender a Yarrington, sino para dar otros pormenores de su persecución.

FOX ORDENO INVESTIGARLO CUATRO VECES… Y NADA

El gobierno mexicano colocó en la sospecha a Tomás Yarrington desde principios del sexenio de Vicente Fox.

La investigación fue encomendada al José Luis Santiago Vanconcelos, entonces al frente de la SIEDO y fallecido en el accidente donde también murió el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.

Y, como dirían los jóvenes de las marchas pejistas, no fue una ni dos veces, sino cuatro.

Los agentes de la SIEDO se metieron a sus cuentas bancarias, a su administración en el gobierno de Tamaulipas, en los negocios de su familia, en sus ranchos cinegéticos –a donde va frecuentemente George W. Bush- y vigilaron sus movimientos.

¿Qué encontraron?

Nada.

Le doy un dato: el propio Vicente Fox le entregó copias de las cuatro investigaciones y a partir de ahí fueron amigos.

VISITANTE FRECUENTE EN LA CASA BLANCA CON BUSH

Arriba mencioné al ex presidente George W. Bush y a su sucesor Barack Obama.

¿Por qué están relacionados con la averiguación?

Porque pronto habrá elecciones en Estados Unidos y Obama está en empate técnico –y en desventaja en algunas encuestas- y está en riesgo su reelección.

La persecución de Tomás Yarrington le daría algunos votos en las preferencias en su lucha contra el republicano Mitt Romney:

1.- El decomiso más grande de bienes a un político mostraría a un presidente resuelto a perseguir al crimen.

Y 2.- ayudaría a presumir ante la nación: Ya ven con quién se junta el republicano George W. Bush. Invitó a Tomás Yarrington cinco veces a la Casa Blanca, lo invita a su rancho, va de cacería al rancho del mexicano en Tamaulipas….”.

Agrego otro detalle: en cuanto un testigo protegido lo involcuró en febrero y la DEA hizo suya la declaración, Bush y el ex embajador Jeffrey Davidow se reunieron con Yarrington, lo asesoran directamente y le recomendaron abogados.

Al final escogió a Joel Androphy.

Como sea, el escándalo mediático seguirá, pero aquí le va una declaración directa de Yarrington a Teléfono Rojo:

-No tengo ni un dólar en Estados Unidos ni ninguna propiedad. Por mí que decomisen bienes.

La investigación dirá quién tiene la razón y su abogado Joel Androphy, especialista en lavado de dinero, es capaz de demostrar lo dicho ayer:

-Tommy is inocent.

Tomás por su parte, emprenderá otra lucha casi de inmediato: impugnará la suspensión de derechos en el PRI porque según sus defensores se viola la presunción de inocencia consagrada en la Constitución.