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TELEFONO ROJO/José Ureña
* La izquierda ya ve el rompimiento López-Ebrard
* Padierna tienta a De la Fuente para ser el plan B
* Marcelo podría perderse hasta su propia sucesión
Una especie recorre la cúpula política:
No ha mucho, acaso dos semanas atrás, la secretaria general del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Dolores Padierna, buscó al ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente.
Reunidos, la mujer cercana a Andrés López planteó la polarización creciente al interior perredista.
Si las cosas siguen el curso actual, agregó, ni Andrés ni Marcelo Ebrard aceptarán las encuestas a las cuales han jurado someterse para decidir la candidatura presidencial de la izquierda para 2012.
En sus propios estudios -los del Peje, los de su movimiento y los de René Bejarano y su brazo clientelista Izquierda Democrática Nacional (ADN)- el tabasqueño lleva una delantera al alza e insuperable por el jefe de Gobierno, pero un berrinche de éste llevaría a las fuerzas democráticas a un rompimiento
En tal escenario, es conveniente tener un plan B.
¿Quién?
¡Juan Ramón de la Fuente!, ni más ni menos.
El académico, quien trama cómo obstaculizar la reelección de su sucesor José Narro Robles en la Rectoría de la UNAM, escuchó la propuesta con suma atención y planteó seguir pendientes.
El monitoreo futuro marcará la suerte de esta tentación de De la Fuente.
LOS BEJARANOS NO CREEN EN EBRARD
La suerte de Juan Ramón de la Fuente está lejos de aclararse.
Si por él fuera, querría ir cobijado por un abanico muy extenso:
Desde la izquierda, apoyarse en los brazos de Andrés López, Manuel Camacho, Marcelo Ebrard y Los Chuchos, la tribu dominante en el PRD de Jesús Ortega y Jesús Zambrano.
Y como la ambición es mucha, tener del brazo derecho a Felipe Calderón y la ultra azul representada por El Yunque, Juan Manuel Oliva, Emilio González y demás.
Es mucho soñar, pero el diálogo Dolores Padierna-De la Fuente habla de una evidencia: ni la izquierda encuentra salida en su propio laberinto.
Advierten fractura porque Ebrard, favorito de Los Chuchos, cada día amplía su distancia política de López, el caudillo de los Bejaranos, del Partido del Trabajo (PT), de Convergencia y de un aptísimo sector del PRD.
Sucede cómo en otros partidos, el rezagado se radicaliza o critica a los punteros.
A los Pejes no les gusta cuanto ha hecho el gobernante capitalino, en especial sus acercamientos zalameros con Felipe Calderón y su cercanía con el cardenal Norberto Rivera y su arquidiócesis.
Todo por ganar adeptos, todo por aparecer como conciliador, de centro, a fin de sumar votos.
Mientras tanto, Bejarano multiplica operadores y votantes para reflejarlos en los sondeos y, después, en la campaña del tabasqueño.
SIN CANDIDATO DE CONSENSO AL GDF
El fortalecimiento de Andrés López resulta la peor noticia para Marcelo Ebrard.
Su imagen ya no prima en las encuestas, pero en los números y en los comportamientos subyace otra amenaza: puede quedarse sin el Distrito Federal.
No es especulación:
El está obsesionado en convertir a su delfín Mario Delgado en el candidato de toda la izquierda o al menos del PRD pero, si le niega respaldo, El Peje puede sacarlo de la negociación por la candidatura del candidato a jefe de Gobierno.
Se ve acuerdo posible a la mano:
Ebrard
no acepta ningún pejista, como demostró el cese de Martí Batres, y sólo Delgado es totalmente suyo.
No parece dispuesto a corresponder la lealtad de Alejandra Barrales, puntera holgada en prácticamente todas las encuestas, y el senador Carlos Navarrete, carta de Los Chuchos, no es bien visto por ninguno de los dos, ni por López ni por Ebrard.
Con estos antecedentes, Dolores Padierna y Los Bejaranos tienen razón: tal vez si haga falta plan B para la candidatura presidencial.
Pero también para la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (GDF) si no quieren perderla.