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PAN Guanajuato se suma a marchas vs denominado Fraude Judicial
BEJALTIK/F. Darinel
(Muchos Caminos)
No me vas a encontrar,
quieres tirar por la calle de en medio.
No me vas a encontrar,
no sé rodar por caminos estrechos.
Quique González
FUNDAMENTALISMO
LOS CAMINOS DE HOY
Enferma alegría
No sé quién festejó más la muerte de Osama Bin Laden, no sé si fueron los gringos o los ultraderechistas yunques de México o toda la ultraderecha mexicana que sea, o toda la ultraderecha del mundo, no sé quien era más feliz en el mundo, cuando corrió la noticia de que había muerto.
Tal vez los integrantes de grupos de industriales que ya duermen en paz por las noches y el terrorismo ya no les quita el sueño, ya que si estaban ansiosos sus socios gringos, debido a que aun la cobra del desierto vivía; la letal y asesina áspid árabe estaba y andaba por ahí, por alguna parte del mundo, era razón más que suficiente para que también a ellos el sueño se les fuera, se esfumara entre las insensateces mezquinas de balances económicos, que los mantenían en vigilia, pero más el saber que un asesino; tan igual que ellos, un asesino de turbante acechaba en la obscuridad de sus pesadillas y en la realidad del mundo.
Fue muerto
Sin embargo el milagro ocurrió, la cobra fue muerta y el mundo se vistió de paz, los santos gringos se vistieron de héroes nuevamente, al igual de cuando montaron la sufrida escena de Iwo Jima, en donde nos hicieron creer mediante una foto de estudio; bien planeada, que le dio la vuelta al mundo, la cual nos mostró que entre heridas, pólvora, sangre y sufrimiento, los santos gringos a punto de morir, izaban su bandera y liberaban al mundo de las garras de los malditos japoneses, a quienes por malditos les dejaron caer desde el Enola Gay, un agosto de 1945, una buena cantidad de kilotones de radiación.
Pertenecemos
Así, al igual que la fanaticada islámica, la sionista o la europea, los fanáticos gringos; la policía del mundo, también se abrió de brazos, se hizo una pequeña herida en uno de los antebrazos, a la manera del selle de los pactos de sangre de la cosa nostra, y el bendito cuerpo gringo dejó correr la sangre en señal de que con y por su propio sufrimiento, el mundo ya podría estar y dormir en paz.
Pero a pesar de la gran redada gringa, y a pesar de que se ha proclamado que el mundo está liberado de los fanáticos y fundamentalistas, qué lejos están los sueños de la gringada y los de la gente que cree que la verdad máxima es la televisión, quienes piensan que solo son fanáticos los musulmanes o el asesino de John Lenon, o León Toral asesinando a El manco de Celaya, qué lejos están de otras verdades y que cerca y sin conocerlas.
Aquí están
Por ello, si echamos un vistazo a nuestro alrededor veremos que algunas células de Al Qaeda han quedado firmes en nuestro entorno, o para ser más reales, son más antiguas que la misma concepción del nombre de ese grupo de fanáticos y más antiguas que la misma noticia televisiva, es más perviven desde la misma colonia extranjera española y han crecido bajo la padrotería de gobiernos alcahuetes. Estas células, estos grupos, deambulan libremente por nuestro entorno y en nuestra región, y para nada buscan el cobijo de las montañas afganas para esconderse de la Cia o de los marines, o del juicio mundial y del mismo juicio del mundo islámico moderado, no para nada, pues Osama Bin Camarón y Mohamad Luis Hernández, así como los talibanes de Juncaná o los talibanes de cualquier rincón de nuestro estado, escudados en las siglas de supuestas organizaciones sociales, son capaces de expulsar de las comunidades indígenas a quienes profesan una ideología religiosa diferente a la de el sembrador de odios, Samuel Ruíz, cuyo máximo legado que dejó fue el odio interétnico y el intento de vender a Chiapas por medio de Ongs, como la que él dejó, esa Ong llamada: Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas y a su pupilo fantasy black.
Amparados en letras
No están lejos los grupos de fanáticos y fundamentalistas talibanes, o más bien; sencillamente, no están lejos los grupos de fundamentalistas que sean, no somos ajenos a ellos, ni tampoco están en la distancia de escenas televisivas, en donde podamos afirmar: eso no pasa aquí, aquí no estamos en gringolandia, ni es medio oriente, ni España acechada por etarras
¡vivimos al otro lado del mundo!
No, claro que no es cierto, claro que es cierto que cercano a nosotros están un grupo de debilitados y fundamentalistas cioaquistas camarones, que impiden entrar a las aulas, a más de un centenar de alumnos, quienes son hijos de militantes de grupos contrarios, claro que estamos cerca de fanáticos religiosos que aun se empeñan en expulsar de las comunidades a quienes no comulgan con su creencia y que en la cerrazón de su pobre criterio y en la estupidez de su actuar, llegan incluso a multar a los muertos, por haber sido enterrados en un panteón que es ajeno a la religión de los que ahí descansan.
Que sea ejemplar
Claro que estamos muy cerca de ese problema, claro que estamos muy cerca de una verdad fatal, la cual debe ser tomada muy en serio, porque los problemas para que fueran grandes, iniciaron pequeños y luego se convirtieron en inimaginables.
Claro que se debe de castigar y encarcelar a José Antonio Vázquez Hernández y Luis Hernández Cruz, y si fueron capaces de huir en una ocasión pasada, y si fue capaz la justicia de encarcelar a un ex gobernador soberbio y medieval, que no pueda encarcelar a Osama Bin Camarón y exigir la anulación del fuero federal, mediante juicio político, de su amigo de robos, francachelas y abusos, Mohamad Luis Hernández, así como castigar de forma ejemplar a quienes en Juncaná y en otros lugares de Chiapas, se apersonan como jueces y policías obtusos y echan de su lugar a quienes no profesan con su fe, de acuerdo a los usos y costumbres y aun así quieren que los Acuerdos de San Andrés Larrainzar se hagan valederos, cuando estos lo que más piden es el respeto a los usos y costumbres, no solo para esto, sino para los buenos bussines.
Es tiempo
Así pues, el momento de castigar ejemplarmente a este tipo de líderes negros, amparados en mentiras y siglas, en santurronería y estupidez, tiene que llegar, como llegó el momento para Pablo de Torquemada, pues no el momento, ni el tiempo lo exigen, lo exigen los derechos humanos de los que han sido vejados y por quienes no se ha hecho nada aun. Es cuanto.