
Acuerda Congreso de Guanajuato defensa de artesanos contra dumping
OBISPO DIOCESIS TAPACHULA
LEOPOLDO GONZALEZ
Reflexión de hoy:
La trata de personas en nuestra Patria es un delito que desde hace tiempo se ha detectado y señalado. El Estado de Chiapas se ha distinguido porque desde la aprobación de ley en contra de la trata de personas a nivel federal, se apresuró a codificarla a nivel estatal y dio la primera sentencia condenatoria a un victimario. Hasta ahora, si no me equivoco, hay 8 condenas y penas de cárcel impuestas.
La trata de personas es un grave atentado contra la dignidad de la persona humana, un delito muy parecido al secuestro o un secuestro realizado de otra manera: se mantiene retenida a la persona, no encerrada y escondida en un espacio oculto, sino a través de engaños, enganchándola con el señuelo de un trabajo bien remunerado o un papel artístico y llevándole a prostituirse, o a través de amenazas, reteniendo sus documentos de identificación, separándole temporalmente de sus hijos o hablándole de algún daño a ellos
No se pide un rescate por la víctima, sino que se le hace pagarlo a ella misma obligándole a trabajar y pagándole casi nada, haciéndole engañosamente miembro de una familia para obtener un órgano para trasplantar o un servicio de por vida.
En nuestra Patria, Tapachula, junto a otras ciudades fronterizas y portuarias, ha sido señalada como un foco rojo de la trata de personas. La manera más frecuente como aparece este delito en nuestra región es con fines de explotación sexual.
Hacernos conscientes de este delito y denunciarlo es parte de nuestra responsabilidad ciudadana para construir el bien común.
Sin embargo, también es necesario reflexionar y cambiar algunas maneras de mirar la realidad y algunas formas de vivir, que son terreno fértil para este delito de la trata de personas.