TELEFONO ROJO/José Ureña

* La perspectiva electoral del PRI se oscurece
* Ambiciones desbordadas y ataques externos
* La ayuda a Aguirre bien vale una delegación
　
A muchos campamentos priístas ha llegado la angustia.
Los escenarios se han modificado peligrosamente.
Los primeros meses del año eran de buenos presagios, de encuestas favorables, de triunfos casi seguros y de elecciones de trámite.
Sin embargo, han detectado errores propios y acciones ominosas desde la oposición y con evidentes huellas de la administración pública federal.
Los conflictos internos se han acelerado en Nayarit, donde Ney González ha caído en el mismo error de todos los gobernadores: pretender dejar heredero para cubrir la retirada y colocar a incondicionales en posiciones claves para prolongar su influencia.
Ney no entiende razones de nadie: ni del dirigente priísta Humberto Moreira, con quien prometió jugar para los intereses de su partido, ni de quienes intentan influir: Ulises Ruiz, Fidel Herrera, Eugenio Hernández, Enrique Peña…
La multitud de deserciones tricolores en Nayarit son culpa de González, pero hay otros actores.
　
EL PODER MULTIPLICA SUS MANOS AZULES
　
Las alertas priístas ven un actor fundamental: el poder público.
Sus manos multiplicadas en los delegados federales se acentuó desde 2010, cuando prácticamente todas las representaciones del centro fueron copadas por militantes distinguidos del PAN.
Un ejército representantes de secretarías de Estado, institutos, paraestatales, organismos descentralizados y sobre todo encargados de programas públicos como Oportunidades.
Reyes magos cuya misión es sumar y sumar adeptos para la causa azul con su oro, su incienso y su mirra.
2009 y el año pasado fueron de siembras y algunas cosechas -Oaxaca, Puebla, Sinaloa-, pero 2011 será la afinación de la maquinaria para la sucesión presidencial y la renovación del Congreso.
Sobre esa estructura de nómina pública gira ya el proselitismo de los panistas Luis Felipe Bravo en el estado de México, Guillermo Anaya en Coahuila y Martha Elena García en Nayarit.
Y ni qué dudar de Luisa María Calderón Hinojosa, la popular Cocoa, quien es la encargada de invitar y recibir funcionarios públicos de alto nivel, de secretarios de Estado para abajo, ante el desprecio al gobernador perredista Leonel Godoy.
　
TE DIGO EUGENIO PARA QUE ENTIENDAS…
　
Los priístas esperan otros descontones.
Una pequeña muestra la tuvo Humberto Moreira con la designación de Eugenio Hernández como secretario técnico del Consejo Político del priísmo.
Tras el anuncio se desplegó una campaña de desprestigio contra el ex gobernador de Tamaulipas, a quien se culpó de la violencia imperante en ese estado y una acusación temeraria: él vendió la plaza a los narcotraficantes, al cártel del Golfo y a Los Zetas.
Si es cierto, si la federación tiene pruebas, ¿por qué no presenta la denuncia en lugar del linchamiento informativo?
En este sentido radican más temores en el priísmo de Moreira, Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña, Francisco Rojas, Emilio Gamboa…
Cada día son más fuertes los rumores de acusaciones y uso de la justicia para desprestigiar al PRI y sus candidatos en tiempos de campaña.
　
MERITOS POLITICOS DE MARCOS PARRA
　
A la reunión de delegados federales de este viernes, cuando se afinará la estrategia antipriísta, habrá un novel participante: Marcos Parra.
Recién asumió la delegación de Sedesol en Guerrero, en premio a su declinación para asegurar la victoria de Angel Aguirre, pero sobre todo por garantizar la derrota del priísta Manuel Añorve.
Mal agradecido, Aguirre no le ofreció cargos relevantes y prefirió rodearse de incondicionales suyos, bien sea para corresponder a Marcelo Ebrard, Andrés López y Los Chuchos, bien para beneficiar a amigos y familiares.
Pero el paraguas del erario es muy grande y bajo su sombra caben muchos, como le demostraron Felipe Calderón y Heriberto Félix al señor Parra.