Abanico
Más que tabúes, en México tenemos por los antecedentes históricos, una serie de reglas y normas a cumplir y que son inviolables. Algunas ya son leyes como la no reelección del Presidente de la República, otras más, son fuerza moral como es la prohibición de enajenar nuestro territorio y nuestro patrimonio nacional.
La historia marcó y para siempre a Porfirio Díaz como el dictador de México, pese a las buenas obras o a las trascendentes decisiones que tomó en su muy largo periodo de poder; a Antonio López de Santana no se le recuerda como el héroe de mil batallas, sino como el traidor que vendió más de la mitad de nuestro territorio a los gringos.
De repente los odiados periodistas, para los funcionarios del poder en turno, hacen saber que el gobierno del Distrito Federal, surgido de las filas del Partido de la Revolución Democrática, de las entrañas de la izquierda, se está dedicando a vender calles de la ciudad a empresas privadas.
El escándalo alcanza niveles nacionales, ¿cómo es posible que Marcelo Ebrard Casaubón, quien busca la Presidencia de la República, avale tal absurdo? En verdad, dirán algunos, es incomprensible, sin embargo sus contrincantes políticos aprovechan el desliz para desnudarlo públicamente.
En ese sentido, no fueron pocos los que además de publicitar ampliamente la venta de la calle de Enrique Rébsamen a Comercial Mexicana, pusieron en alerta a la opinión pública ante la venta de otra calle, doctor Manuel Gutiérrez Zavala, unos 797.46 m2, a Televisa.
Ante ese escándalo, que prometía dimensionarse, no le quedó de otra al mandatario metropolitano que recular y ahora la noticia es que la Ciudad recupero su calle vendida.
El Gobierno de Distrito Federal a través de su Dirección General de Patrimonio Inmobiliario, informó que está en proceso de rescindir el contrato de compra venta de la calle Enrique Rébsamen, Colonia del Valle, que había otorgado a la tienda de autoservicio.
En el comunicado, se señala que aún cuando la desincorporación de la vía pública es legal, se decidió revertirla para atender el interés vecinal. Esto debido a que la venta de la calle había generado rechazo de los habitantes de la zona. Nada menos que una superficie de 3 mil 698 m2, que se había vendido en 18.4 millones de pesos. La malas lenguas dijeron que esos millones eran para el cochinito de la campaña presidencial de Marcelo.
Con esta resolución, se comentó, también quedó cancelada la venta a la televisora de la calle de doctor Manuel Gutiérrez Zavala.
Por los antecedentes históricos, tenemos una serie de reglas y normas a cumplir y que son inviolables: simplemente el patrimonio nacional no se vende.