Periodistas deben ser influencers de sus audiencias: Juan Pablo de Leo
MARIA DE JESUS PETERS
TAPACHULA, Chis., a 10 de marzo.- La cónsul de Honduras, Patricia Villamil Perdomo denunció que una gran cantidad de jóvenes hondureñas, entre ellas menores de edad, son prostituidas en bares y centros nocturnos de Chiapas.
Durante su participación en el Congreso Internacional de Género y Migración organizado por la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), la diplomática dijo que los grupos de tratantes de personas llegan hasta las comunidades pobres y con problemas de inseguridad como Puerto Cortés, Comayagua y San Pedro Sula a sacar con engaños a sus connacionales ofreciéndoles trabajos bien pagados como empleadas del hogar o meseras de restaurantes.
Abundó que las mujeres vienen dominadas por sus enganchadores con una deuda en el caso de las mayores de tres mil pesos y las menores de cinco mil por el traslado, quienes aceptan las condiciones por el sueño de mejorar la situación económica familiar.
Refirió que al llegar a Chiapas son obligadas a prostituirse en bares y centros nocturnos de poblados fronterizos con Guatemala como Frontera Comalapa, Comitán, San Cristóbal, San Gregorio Chamic y Tapachula, quienes por temor no denuncian los hechos.
Señaló que esta situación se vive día a día en los municipios fronterizos y la realidad es que en bares de Chiapas hay muchas hondureñas, tanto menores que van desde los 14 y los 17 años de edad, y adultas que están siendo explotadas ya sea víctimas de trata o prostitución.
Villamil Perdono aseveró que las víctimas de trata enfrentan un proceso largo y tedioso, además que a las autoridades se les olvida la protección de las víctimas y la final terminan siendo re victimizadas.
La cónsul centroamericana externó su preocupación debido a que la mujer hondureña está siendo vista como objeto de comercio sexual, además de que personas dentro del engranaje de la migración las catalogan de prostitutas.
En una reunión una persona dijo que la mujer guatemalteca viene a México a trabajar de sirvienta, la salvadoreña a tiendas y la hondureña a la prostitución, veo esto como una falta de respeto para mis connacionales y mi país, dijo la diplomática.
Villamil Perdomo manifestó que ya están trabajando algunos casos específicos de trata de personas y esperan resultados.
ME DIJERON QUE GANARIA 3 MIL PESOS A LA SEMANA, PERO NO DE PROSTITUTA
Acaba de cumplir los 18 años, cuando Yadira-nombre ficticio- fue sacada de su natal San Pedro Sula, Honduras, con la oferta de trabajar como mesera de un restaurante con un sueldo de tres mil pesos a la semana.
Madre de una niña de casi un año de edad, que la dejó al cuidado de su papá, la guapa mujer no dudo en aceptar la oferta de trabajo debido a que el enganchador de origen mexicano iba acompañado de una hondureña que fue su vecina.
Nunca me dijeron que el trabajo sería de mesera en un bar ni que tenía que tomar con los clientes y prostituirme, dice la mujer de cabellos rizados.
Relata que junto con otras jóvenes mujeres viajaron hacía Guatemala y sin problemas cruzaron las garitas migratorias de México luego de que el enganchador sobornó a los agentes migratorios.
Luego de tres días llegó a su destino final: uno de tantos bares de Frontera Comalapa donde fue obligada a consumir bebidas alcohólicas con los clientes, además de prostituirse.
Las jornadas de trabajo iniciaban desde las 10:00 de la mañana hasta las dos o cuatro dela madrugada.
A veces no aguantaba y me quedaba dormida en la mesa, pero si ganaba los tres mil pesos a la semana, dice.
Yadira señala que el dueño del bar le dijo que no podía irse debido a que tenían una deuda de tres mil pesos por el traslado.Bueno, al final decidí quedarme y seguir trabajando en el bar porque si ganaba los tres mil pesos y eso me servía para enviarle dinero a mi hija, señala.