Exigen auditoría al líder del PAN en Guerrero por deuda millonaria
* Cómo impidió Cárdenas alianzas PAN-PRD
* El triste fario de la presidencia perredista
* Cuauhtémoc y López operan contra Ortega
A finales de julio de 1988, Cuauhtémoc Cárdenas se reunió con un cerrado grupo de amigos y simpatizantes.
A diferencia de Andrés López en 1996, el michoacano había decidido no arrojar al país hacia desfiladeros de odio y violencia y eso fue valorado por los presentes.
-Hubiera sido muy irresponsable -comentó Cárdenas.
Y trazó su futuro:
-Lo primero será aglutinar el movimiento, impedir la desintegración del Frente Democrático Nacional (FDN) y convertirlo en un partido participativo de izquierda, competitivo en lo político y capaz de influir para reorientar el rumbo nacional.
-Ese es el proyecto, ingeniero. Pero, ¿es posible?
-Debemos hacerlo posible. Depende de nosotros -contestó con sus acostumbradas frases lacónicas.
Con un refresco en la mano vaticinó:
-Por las experiencias conocidas, tanto en México como en otros países, un movimiento de este tipo alcanza un punto muy alto, donde quizá estamos ahora o estuvimos en las elecciones, y luego desciende para estabilizarse. Que no descienda mucho es nuestra responsabilidad.
Eso fue hace casi 23 años.
DE LA CIMA AL ABISMO EN CINCO AÑOS
Hace cinco, pocos lo recordamos, el fruto de aquel Frente Democrático Nacional estaba en la punta de las encuestas.
Con Andrés López de candidato, el Partido de la Revolución Democrática (PRD, más algunos aláteres) en febrero de 1996 parecía el seguro triunfador de la contienda de julio.
Se quedó a menos de 270 mil votos.
Pero hoy ese PRD, con Chuchos y sin ellos, con Marcelo Ebrard presente y Andrés López ausente, es una caricatura.
Una organización condenada a tirar a la basura a sus liderazgos y su historia.
Cosa de asomarse:
¿Dónde están los ex dirigentes Leonel Cota, Rosario Robles, Roberto Robles Garnica, Porfirio Muñoz Ledo?
¿Y dónde sus principales íconos, Andrés López y Cuauhtémoc Cárdenas?
El primero de licencia y en abierta campaña contra el dirigente estatutario Jesús Ortega.
El segundo distante y descargando su autoridad moral sobre Los Chuchos por componendas con Felipe Calderón y la extrema derecha.
Ese es el PRD.
No hay otro.
EL DURO REGAÑO A HIGINIO MARTINEZ
Pero hablábamos de Cuauhtémoc Cárdenas y de su congruencia.
He aquí una historia suya:
En 1999 Acción Nacional (PAN) y su candidato José Luis Durán Reveles se ilusionaron con las encuestas y se soñaron en Palacio de Gobierno de Toluca.
De repente Arturo Montiel apareció como fumigador de delincuentes -¡los derechos humanos son de los humanos, no de las ratas!, decía su campaña- y Durán Reveles comenzó a caer.
A marchas forzadas se quiso armar la alianza PAN-PRD.
Higinio Martínez ofreció su modesto tercer lugar para sumarlo a Durán Reveles y ambos sellaron el compromiso.
Pero Higinio fue con Cuauhtémoc hasta la Plaza de la Constitución -Cárdenas era jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF)- y recibió casi un regaño y una orden:
-No, Higinio. Tú eres de izquierda y el PRD también. Seguimos en la izquierda. Triunfaría la derecha, no nuestro proyecto.
Y no hubo alianza.
Juntos habrían ganado el gobierno del estado de México, pero los derrotó Montiel.
Hoy ese mismo Cuauhtémoc Cárdenas se opone a cuanto ha hecho posible Jesús Ortega: entregar estados a la derecha.
A eso se disponen Ortega, Ebrard, Manueo Camacho y el PRD chuchista en el estado de México.