
Indicador político
* Guerrero: el PRI repitie sus viejos errores
* La conducción troglodita por Efrén Leyva
* Penurias del compadre de Felipe Calderón
En Guerrero el PRI cumplió casi todas las condiciones para perder.
No le bastaron las experiencias de Sinaloa, Oaxaca y Puebla.
En las tres entidades hubo tres elementos claves:
1.- Marginar a un personaje popular, puntero en las encuestas.
2.- Propiciar su migración a otro partido con el apoyo de las demás fuerzas políticas.
Y 3.- Traiciones internas a granel.
Esas son las constantes en las tres entidades.
Es cuestión de repasar:
En Sinaloa Mario López Valdez Malova se declaró campeón de las encuestas y lo demostró en las urnas.
En Oaxaca Gabino Cué llevaba nueve años en campaña y cosechó los frutos en los comicios de julio pasado.
Y en Puebla el ex priísta Rafael Moreno Valle supo capitalizar el desencanto con la estrategia tricolor.
El martes rendirá protesta como gobernador, en sustitución de Mario Marín, quien ayer leyó su último informe.
MULTIPLES ERRORES DE AÑORVE
En Guerrero el PRI ha tropezado con las mismas piedras.
Angel Aguirre era el preferido de los encuestados y desde las oficinas de la dirigente Beatriz Paredes se le cerró no nada más la oportunidad de competir, sino la posibilidad de negociar.
Cuando fue convencido por Marcelo Ebrard para ser el abanderado del perredismo, con él se fueron los demás partidos, en principio la izquierda -PRD, PT y Convergencia- y después se sumó el PAN por órdenes de quien lo manda.
Las diásporas internas están a la vista, unas propiciadas por expulsiones absurdas desde un priísmo estatal manejado con guadaña troglodita por Efrén Leyva, otras por invitación de Aguirre y no pocas por marginación u olvido de Añorve.
A esos errores se sumaron otros de campaña, como la ausencia de comunicación.
Esto no augura la segura derrota del PRI en Guerrero, pero tantas fallas anularon las preferencias electorales con las cuales arrancó el año electoral en 2010 y pusieron en riesgo la primera elección de 2011.
Por lo menos en riesgo.
EL PRIMER COMPADRE DE MEXICO
Al primer compadre de México ha empezado a lloverle de manera inclemente.
Para respetar el espacio, hablemos sólo del jueves pasado.
Ese día aparecieron nuevas señalamientos mediáticos sobre supuestos nexos del senador panista Guillermo Anaya, compadre del presidente Felipe Calderón, con el narcotráfico.
De esas versiones periodísticas se colgó el diputado Gerardo Fernández Noroña, golpeador predilecto de Andrés López, para hacer declaraciones en Coahuila y darles eco en noticieros con cobertura nacional.
Después el señor Anaya pretendió llenar el zócalo de Saltillo como parte de su precampaña y, ¡pobrecito!, debió mandar un propio a dar las gracias a las 30 personas asistentes.
¿Por qué tan pocas?
Porque Guillermo Anaya no encaja en el panismo.
Ha estado ausente cinco años, aprovechó su compadrazgo con Calde´ron para remover una cuarentena de delegados federales y eso le acarreó rechazos de las corrientes azules.
Todos ellos fueron reubicados desde el Distrito Federal -unos en la misma dependencia pero en diferentes lugares- pero con su rencor a cuestas.
Uno de ellos es José Angel Rodríguez, quien desde la Sedesol era tal vez el principal operador del gobierno federal y del panismo en Coahuila.
Hoy Rodríguez es delegado en Puebla y fue factor para el triunfo de Rafael Moreno Valle en julio pasad